Nutrición


Nuestra manera de comer influye en nuestra salud, en buen o mal sentido. Si todos estamos de acuerdo en este punto, se nos plantean dos cuestiones: ¿Cómo nos lleva una mala alimentación a contraer ciertas enfermedades? ¿Cuál es la dietética ideal?
La obesidad es la epidemia mundial del siglo XXI.  Su prevalencia e intensidad están en constante aumento, incluso en los países emergentes. Por primera vez en la historia, el número de individuos con sobrepeso en el mundo supera al número de personas que pasan hambre. En 2005, la OMS evaluaba en más de 1600 millones el número de adultos con sobrepeso y en 400 millones el número de sujetos obesos. La obesidad ya constituye la primera causa de muerte por cáncer en los países desarrollados. Según la literatura mundial, el porcentaje de fracasos, a largo plazo, del tratamiento de la obesidad ronda el 90%. Nos referiremos a A. Stunkard, cuyo pesimismo sigue vigente: «Durante la observación, nos percatamos de que la mayoría de los obesos no se apuntan a programas de adelgazamiento. Entre los que se apuntan, muchos de ellos no se quedan; los que se quedan no pierden mucho peso y, al final, muchos de ellos vuelven a recuperar los kilos perdidos»
Con una nutrición adecuada, podemos aportar al organismo vitaminas y minerales, que juegan un rol importante en la prevención de estas enfermedades, lo cual es apoyado por la evidencia epidemiológica que sugiere que el consumo de frutas y verduras, pueden reducir el riesgo de contraer dichas enfermedades, debido posiblemente a que estos alimentos son una rica fuente de antioxidantes dietarios.