LA VITAMINA D

La vitamina D puede encontrarse en diferentes formas en nuestro organismo: vitamina D3 (colecalciferol), la cual se puede obtener mediante el consumo de alimentos de origen animal (pescado azul principalmente) o la síntesis cutánea tras exposición a la luz solar, y vitamina D2 (ergocalciferol), la cual podemos obtener únicamente a través de la ingesta de alimentos de origen vegetal. Ambas formas son biológicamente inactivas y necesitan ser metabolizadas en el hígado y riñón para ser transformadas en calcitriol o 1,25-dihidroxivitamina D3, que es la forma activa (funcional) de la vitamina D.

En los últimos años se ha producido un creciente interés en torno a la vitamina D debido en parte a la elevada incidencia de déficit detectado en la población general. Si bien la síntesis cutánea por acción de la luz solar constituye una de las fuentes más importantes de vitamina D, nuestro estilo de vida actual caracterizado por una menor exposición solar (sobre todo en otoño e invierno), ha provocado que esta fuente no consiga cubrir siempre los requerimientos mínimos necesarios. Así, incluso en un país como España que recibe un gran número de horas de sol al año, se estima que un tercio de la población.