17 Nov LA NARANJA
Esta fruta es una fuente de vitaminas de primera magnitud. Gracias a que existen múltiples variedades y a que su tiempo de maduración es escalonado, la naranja se puede degustar prácticamente en cualquier época del año.
Composición
Los componentes de la naranja convierten a esta fruta en una fuente de vitaminas de primera magnitud, y su contenido de vitamina C alcanza cotas muy altas. Hay además otras 12 vitaminas presentes en esta fruta, hidratos de carbono, ácidos y abundantes minerales, agentes aromáticos, etc.
En la pulpa y junto con a la vitamina C, encontramos las vitaminas A y B, sales minerales como zinc, hierro, manganeso o cobre, ácidos orgánicos como el cítrico, el málico y pectina (fibra). El principal componente de la piel es un aceite esencial que contiene, sobre todo, limoneno, junto a ésteres, aldehídos y alcoholes libres. A pesar de que la composición es bastante parecida, las esencias procedentes de los dos tipos de naranja (dulce y amarga) difieren por su grado de perfume y por su intensidad.
Las naranjas como remedio terapéutico
– Por el gran aporte vitamínico que representa, la naranja es necesaria para equilibrar y complementar la alimentación de niños y lactantes alimentados con leche artificial, adolescentes en periodo de crecimiento y ancianos.
– Necesidades nutricionales de vitamina C: Niños, entre 20 y 30 mg/día (una naranja). Adultos, entre 50 y 60 mg/día (2 naranjas).
– La naranja es aconsejable en enfermos y convalecientes, ya que aumenta la inmunidad.
– Tiene múltiples propiedades beneficiosas, dado su alto contenido de vitamina C y a las diversas funciones que dicha vitamina tiene en nuestro organismo:
. Favorece la cicatrización de las heridas, ya que participa en la formación de colágeno.
. Tiene una función antioxidante, ya que retrasa el envejecimiento celular y participa con carácter protector en los procesos de oxidación de las células, defendiéndolas de los efectos nocivos de los radicales libres.
. Aumenta las defensas del organismo, ya que participa en la migración de los leucocitos, incrementando su contenido en vitamina C.
– En casos de obesidad es recomendable comer la naranja entera, ya que gracias a su contenido en fibra, ésta da una sensación de saciedad que el zumo solo no aporta.
– Al comer naranjas frescas, las vitaminas no se destruyen. Su mejor momento de recolección es en otoño e invierno, momento en que los resfriados y otras afecciones exigen el consumo de vitamina C.
– Estas frutas están indicadas para personas con problemas vasculares, con fragilidad capilar y a las que con facilidad se les forman hematomas, ya que la vitamina C aumenta la elasticidad venosa.
– Son aconsejables en personas que toman mucho alcohol y para los fumadores habituales, por su efecto antioxidante.
– Las naranjas se recomiendan para las mujeres que tomen anticonceptivos orales, así como para personas que habitualmente se vean obligados a tomar mucha medicación, porque compensan la reducción de las defensas del organismo.
– Las personas diabéticas deben controlar la ingesta de naranjas, ya que su zumo aumenta rápidamente el nivel de glucosa en sangre.
– Las hojas y flores del naranjo sirven para preparar infusiones antiespasmódicas.
– Un régimen exclusivamente a base de naranjas durante 24 horas es excelente después de unos días de comidas copiosas.
– En el campo de la cosmética, se realizan distintas esencias y perfumes, que tienen como base la naranja.
– Las mascarillas preparadas con pulpa desecada contribuyen a la eliminación de las impurezas, ya que tienen una acción tónica y refrescante, muy adecuada para la dilatación de los poros.
– El zumo de naranja, aplicado como loción sobre el rostro, da luminosidad a la piel.
– Excepcionalmente, se puede emplear una gota de zumo en cado ojo para proporcionar a la mirada nitidez y luminosidad.
– Las flores del naranjo exhalan un aroma fuerte y penetrante, y se emplean en la elaboración del agua de azahar y de infusiones.