Acción antioxidante de la n-acetilcisteína

La N-acetilcisteína se ha utilizado como antioxidante en una amplia variedad de experimentos. Por ejemplo, disminuye el daño de membrana producido por sistemas generadores de superóxido en las células endoteliales aórticas porcinas, disminuye el daño pulmonar inducido por toxinas en la oveja, disminuye la toxicidad del diquat sobre los hepatocitos, protege a los animales frente a la hepatotoxicidad del paracetamol, previene el daño sobre los fibroblastos bronquiales ante los condensados del humo del tabaco, y se ha utilizado en el hombre como tratamiento de varias enfermedades pulmonares.

Eliminación de radicales hidroxilo generados por radiolisis pulsátil
Eliminación del superóxido
Eliminación del peróxido de hidrógeno
Eliminación del ácido hipocloroso: protección de la alfa1-antiproteinasa 

La capacidad de la N-acetilcisteína para proteger las células aisladas y el pulmón de animales in vivo frente al daño oxidativo se podría explicar tanto por su capacidad para mantener las concentraciones intracelulares de GSH, como por su capacidad de eliminación de oxidantes.