03 Ene ¿En qué consiste el ejercicio con Galileo?
Los resultados finales de los estudios de aplicaciones no están disponibles en estos momentos. Sujeto a cambio sin notificación. Con el equipo Galileo, se ejercitan a la vez la potencia muscular y la capacidad de reacción para mejorar el equilibrio. El incremento de potencia muscular crea la tensión y presión necesaria para estimular la formación de hueso nuevo. El Galileo trabaja como una plataforma vibratoria con amplitud que varía entre 0-6,6 mm (media a distal) y con una frecuencia variable entre 10 y 60 Hz, en las piernas (5 a 30 Hz en ciclo eficaz corresponde a 25-36 Hz, es decir ciclos de oscilación completa de unos 38,4 mseg de duración aproximadamente. Este lapso de tiempo es precisamente el que necesita la plataforma para crear (entre los desplazamientos ascendente y descendente de la plataforma) una contracción muscular natural refleja de los musculos flexor y extensor.
Influencia en el control de la posición corporal
• Durante el ejercicio con Galileo el sujeto intenta mantener la cabeza en una línea horizontal con el torso recto y sin movimiento. Todos los músculos que sustentan el cuerpo del
indivíduo responden a las oscilaciones de movimiento producidas por el Galileo. De esta manera el equilibrio postural del indivíduo aprende a encontrar y mantener una estabilidad
del cuerpo bajo esta perturbación de movimientos.
• Adicionalmente podemos añadir ejercicios voluntarios a dichos movimientos provocados por la oscilación. Por ejemplo, durante una sesión con el Galileo podemos flexionar o mover las caderas. En cualquier caso debemos conseguir alcanzar una situación de estabilidad postural o de equilibrio. Para una frecuencia de 25 ciclos por segundo conseguimos unas 1.500 oscilaciones por minuto. Lógicamente, semejante cantidad de repeticiones cíclicas tiene un gran impacto desde el punto de vista del entrenamiento físico del sistema neuronal, por lo que se provoca un aumento considerable de tono muscular y una gran activación de la circulación.
Influencia en el control de la posición corporal
• Durante el ejercicio con Galileo el sujeto intenta mantener la cabeza en una línea horizontal con el torso recto y sin movimiento. Todos los músculos que sustentan el cuerpo del
indivíduo responden a las oscilaciones de movimiento producidas por el Galileo. De esta manera el equilibrio postural del indivíduo aprende a encontrar y mantener una estabilidad
del cuerpo bajo esta perturbación de movimientos.
• Adicionalmente podemos añadir ejercicios voluntarios a dichos movimientos provocados por la oscilación. Por ejemplo, durante una sesión con el Galileo podemos flexionar o mover las caderas. En cualquier caso debemos conseguir alcanzar una situación de estabilidad postural o de equilibrio. Para una frecuencia de 25 ciclos por segundo conseguimos unas 1.500 oscilaciones por minuto. Lógicamente, semejante cantidad de repeticiones cíclicas tiene un gran impacto desde el punto de vista del entrenamiento físico del sistema neuronal, por lo que se provoca un aumento considerable de tono muscular y una gran activación de la circulación.