21 Abr ROSÁCEA
La rosácea es una afección de la piel, inflamatoria y crónica, que se caracteriza por el enrojecimiento facial causado por diferentes factores que causan una vasodilatación y una vasoconstricción bruscas, (como cambios de temperatura, jabones irritantes, viento intenso). Es más frecuente en mujeres de piel clara y, aunque sus causas son desconocidas, se ha relacionado con ciertos factores predisponentes.
La rosácea también tiene un componente lipídico muy marcado. La deshidratación transepidérmica y el cambio de pH tiene mucho que ver con la aparición del ectoparásito Demodex folliculorum, que se concentra en lugares donde se acumulan glándulas sebáceas y la producción de grasa es abundante, ya que son capaces de degradar ácidos grasos de cadena larga incrementando su déficit. El aporte de ácido linoleico va a conseguir aumentar los ácidos grasos de cadena larga y disminuir el proceso inflamatorio.
El diagnóstico y el tratamiento correcto de la rosácea es muy importante, ya que solo de este modo se consigue aportar un tratamiento adecuado. La rosácea puede limitar la calidad de vida del paciente considerablemente, y si no se trata es posible que la inflamación sostenida de la piel durante un largo tiempo produzca alteraciones y deformidades permanentes.