LOS PÉPTIDOS

Unas de sus ventajas es que son más pequeños que otras moléculas y por tanto penetran con más facilidad en la piel y se asientan mejor en la dermis, ayudando a repararla y a suavizar el envejecimiento. Así, se considera que, usados de forma constante, pueden ser fundamentales para la prevención del envejecimiento o de las enfermedades que pudiera llegar a sufrir la piel madura.

Dependiendo de la longitud de la cadena que formen los péptidos, sus funciones son muy distintas, por ejemplo, hay tetrapéptidos que son muy útiles para mejorar zonas delicadas como las bolsas de los ojos o las arruguitas de esa zona, ya que sirven como reafirmantes, una función que también consiguen cumplir los pentapéptidos. Estos se usan cada vez más frecuente en cosmética ya que estimula la reparación de los tejidos y su cicatrización y es similar al retinol aunque causa una menor irritación en la piel. Además, ayuda a mejorar y a aumentar la síntesis de diversos tipos de colágeno o de ácido hialurónico.

Mientas los hexapéptidos actúan con fuerza sobre las llamadas “arrugas dinámicas”, puesto que consiguen relajar la musculatura.