CICATRICES

Las cicatrices se forman cuando se regenera el tejido después de un corte, una quemadura, llaga, después de una cirugía, marcas producidas por acné… Que se cumpla un correcto proceso de regeneración es lo que marcará la diferencia entre dejar una cicatriz prácticamente inapreciable o una cicatriz visible.

El aspecto de las cicatrices depende de:

  • El tamaño y la profundidad de la herida.
  • Su localización.
  • El tiempo de curación.
  • La edad.
  • La tendencia hereditaria a la cicatrización.

Para ayudar en el proceso de regeneración se debe de empezar el tratamiento desde la higiene, con limpiadores asépticos que eviten la infección del tejido y luego complementar con activos regeneradores que ayuden a la síntesis de fibras dérmicas y a la regeneración tisular correcta, evitando procesos inflamatorios.

En los procesos de cicatrización es vital el aporte de oxígeno para favorecer la angiogénesis  y acelerar la regeneración natural de la piel.

Numerosos estudios han demostrado que la oclusión es un mecanismo efectivo para la protección y la regeneración natural de piel. Además de ayudar a restaurar la hidratación y evitar la pérdida de agua, favorece la mejora del aspecto de cicatrices y otras lesiones cutáneas.