APLICACIÓN TÓPICA: ANTIARRUGAS

Spa portrait of a young and healthy woman with arrows on her face. Plastic surgery concept.

Evitar la aparición o disminuir la profundidad y número de las arrugas es una diana tradicional en el antienvejecimiento.

Son muchos los principios activos que invocan esta acción. Algunos de ellos, antiguos conocidos, siguen estando de actualidad por la mejora en sus condiciones de biodisponibilidad y por tanto de eficacia.

Esto ocurre con la vitamina C, funciona como factor esencial para los dos enzimas que se requieren en la síntesis de colágeno, la propil hidroxilasa (estabiliza la molécula) y la lisil hidroxilasa (fortaleza su estructura formando enlaces cruzados). Además estimula la síntesis de procolágeno tipo I en cultivos de humanos. También puede influir en la síntesis de elastina, disminuyendo la fabricación de la misma por los fibroblastos. Tal efecto es beneficioso, ya que reduce la acumulación de elastina habitual en pieles fotoexpuestas y por tanto, fotoenvejecidas.

No todos los cosméticos que la contienen son igualmente válidos. Es necesario que la vitamina C sea activa y estable, o se estará aplicando sobre la piel un elemento que no consigue los resultados esperados. La forma idónea de vitamina C es la ácida y levógira, esto es, el L-ácido ascórbico que actúa como antioxidante, eliminando radicales libres y regenerando la vitamina E.

El ácido ascórbico debe convertirse en L- ácido ascórbico para ser absorbido y muchas de las sustancias comerciales que han demostrado estabilidad no han sido examinadas para determinar si esta conversión es posible o si pueden penetrar los tejidos cutáneos de la misma forma que el L-ácido ascórbico. Por otra parte, hay que tener en cuenta que una concentración inferior al 5%, será antioxidante, pero no tendrá una acción antiarrugas.