Sobre el envejecimiento

El envejecimiento es el conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos.

La cara es una estructura que se debe tratar como un todo. Tener en cuenta que cada caso es único y cada rostro requiere una valoración totalmente personalizada.

¿Cómo envejece el rostro?

Los ojos en el proceso de maduración crecen poco por ello en proporción son más grandes en un niño que en un adulto, las cejas son más finas y altas. La nariz es pequeña y achatada. Las orejas son más pequeñas, los labios son carnosos.

Las mejillas en un niño son redondas y al desarrollarse la mandíbula, la cara se vuelve más angulosa. La piel es más clara y suave en un niño.

Hay una pérdida progresiva del espesor de la masa ósea, aparece una retracción de la mandíbula, los huesos malares sufren un proceso de desgaste con lo que se pierde proyección en las mejillas.

Los músculos involucrados en los gestos más frecuentes, los músculos de la mímica, sufren un proceso de hipertrofia y aparecen las líneas de expresión más o menos pronunciadas.

Aparece atrofia de muchos panículos grasos y desplazamiento de otros, por la acción de la gravedad y pérdida del soporte óseo.

Se producen alteraciones vasculares, la vasculopatía actínica y algunos vasos se hacen más visibles. Aparecen las lesiones pigmentadas como los lentigos seniles y otros cambios en la pigmentación.

Respecto a la piel, hay una disminución del tejido celular subcutáneo.

Las funciones cutáneas declinan con la edad, disminuye la producción de sebo que en la menopausia es del 25 % y la velocidad de recambio celular. La dermis disminuye su espesor, y la producción de colágeno. Además las fibras de colágeno se hacen mas gruesas y rígidas y las de elastina alteran su disposición.