Las secuelas del paso del tiempo

A partir de los 25 años de edad empiezan a manifestarse los primeros signos de envejecimiento en la superficie de la piel. De entrada, aparecen finas líneas y, en el trascurso del tiempo, llegan a percibirse arrugas, pérdida de volumen y pérdida de densidad.

Cuando examinamos una cara envejecida, se deben analizar los distintos cambios estructurales que pueden alterar la apariencia de la juventud. Anatómicamente se observa los siguientes cambios comenzando de dentro afuera:

  • Alteración de la proporción y de la masa esquelética.
  • Pérdida de la suspensión de los tejidos de soporte, alteración de los ligamentos de suspensión.
  • Atrofia y redistribución de la grasa subcutánea.
  • Redundancia y pendulamiento de la piel.
  • Alteración de la superficie dérmica con líneas, pliegues y cambios vasculares, pigmentarios y estructurales.

El primero de los cambios, y posiblemente el principal ocurre en el esqueleto óseo.