Sobre el acné

Las lesiones del acné son múltiples… y aparecen como pústulas o pápulas, elevaciones cutáneas inflamatorias bien delimitadas; nódulos cuando estas elevaciones tienen un tamaño mayor. Los quistes son consecuencia de una retención no inflamatoria de las estructuras infrainfundibulares del folículo pilo sebáceo. Respecto a las cicatrices pueden ser elevaciones o depresiones y cuando sobrepasan el volumen de la lesión originaria se denominan queloides. En el esquema etiopatogénico el acné empieza con hiperseborrea que se continúa con hiperqueratosis folicular, de aquí se continúa con el comedón y la inflamación. El tratamiento primero para el acné es la higiene simple y regular por un lado y por otro, la combinación de un descamante con un antiséptico. Entre los antisépticos tenemos el cloruro de benzalconio y el peróxido de benzoilo o la eritromicina base al 2 %. Como descamante la vitamina A ácida de forma tópica. En las formas pápulo-pustulosas y graves de acné, además del tratamiento local se aconseja tomar doxiciclina 100 mg al día durante 3 meses. En las mujeres es útil el acetato de ciproterona del día 5 al 25 del ciclo menstrual, 100 mg por día, pero por su acción teratógena se debe asociar con el etinilestradiol 0,35 mg por día como anticonceptivo. Otro tratamiento útil es la isotretinoína, derivado sistémico de la vitamina A, 0,5 mg por kg de peso y día, hasta la dosis total acumulativa de 120 mg por kg de peso y día. No olvidemos los posibles efectos indeseables como sequedad de piel y mucosas que derivan del tratamiento. El acetónido de triamcinolona intralesional es útil en los casos de quistes o cicatrices residuales. También el ácido glicólico en concentraciones variables actúa como decapante y mejora las lesiones residuales. Una forma de acné es la dermatitis seborreica que tiene buena respuesta al tratamiento con metronidazol de forma tópica y la ciclopiroxolamina al 1 %, dos veces al día durante 4 semanas y una vez al día durante otras 4 semanas.