Isoflavonas y osteoporosis


La osteoporosis es una enfermedad que debilita gradualmente los huesos, de modo que se vuelven gradualmente más frágiles y propensos a las fracturas. Los huesos frágiles pueden causar fracturas dolorosas de la columna vertebral, las muñecas y otros huesos. La declinación de los niveles de estrógeno asociados a la menopausia pone a las mujeres en riesgo creciente para las fracturas del hueso. En los 5 años siguientes a la menopausia, las mujeres pueden perder hasta un 20 % de su masa ósea.
Las isoflavonas de soja alivian los síntomas de la menopausia, como son los sofocos, fatigas o sudor nocturno. También ayudan a la formación de nuevo hueso y previenen la osteoporosis.
La osteoporosis es un estado de desequilibrio entre la formación y descomposición del hueso, que provoca pérdida de masa ósea, y esta pérdida de masa ósea puede llevar a fracturas e incapacidad física.
Las fracturas y compresión de la columna vertebral disminuyen la estatura y producen la típica apariencia encorvada de los ancianos que se desarrolla en mujeres con osteoporosis.
Los estrógenos tienen un importante papel en la absorción de calcio para la formación ósea.  Esta hormona femenina disminuye marcadamente después de la menopausia ocasionando una rápida pérdida de masa ósea. Otros factores que impiden la formación ósea son el tabaco, el abuso del alcohol, excesivo uso de sal, consumo insuficiente de calcio o la poca actividad física.
Los fitoestrógenos son compuestos derivados de plantas con actividad estrogénica. Las isoflavonas son fitoestrógenos presentes en la soja. Tienen una acción inhibidora de los osteoclastos a la vez que estimulan los oscteoblastos, que son las células formadoras de hueso.
Las isoflavonas importantes son la genisteína y la daidzeína, siendo esta última la más protectora contra la osteoporosis. Además  los movimientos y la actividad física son particularmente importantes para la prevención de la osteoporosis.