CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LA OBESIDAD


                           

   La obesidad puede definirse como una afección producida por el aumento de los depósitos de grasa neutra, es decir, de los triglicéridos en el tejido adiposo, con un consiguiente exceso de peso corporal.
   Para definir si una persona es obeso o no, se hallan a nuestra disposición numerosas fórmulas que son rígidas y fijas. Las más usadas son el:
A)     Índice de Avetelet o IBM
Índice de masa corporal  = _____Peso (Kg)___
                                                    Talla 2
   En condiciones normales es de 20 a 23. Mayor de 27, indica obesidad.
B)     Peso ideal (Lorentz) = Talla en cm -100-  Talla__-___150
                                                                                     4
Variaciones inferiores a 15 kg indican obesidad leve, superiores a 20 kg.
C)     Otros métodos tratan de valorar la masa grasa que en condiciones normales es de 18-20% del peso de cuerpo. Hablamos de obesidad y esta proporción es mayor de 30. Se mide a través de valorar el espesor del panículo adiposo, mediante métodos densitométricos, ultrasonidos…
D)     Actualmente se utiliza también habitualmente las tablas que relacionan talla, peso, constitución, los normogramas…
   Si bien todas estas fórmulas nos pueden orientar, en la realidad, la mayoría de las veces, el peso ideal, no coincida con el peso clínico, el peso con el que la persona se siente agusto.
   Una aproximación bastante real a la obesidad es la clasificación de Decoster, en función del motivo por el que el paciente acude a la consulta:
A)     LA OBESIDAD LEVE, caracterizada sobre todo por una modificación ligera de la silueta bajo la forma de un culotte de cheval (obesidad en pantalón de montar o de una pequeña localización de grasa excesiva).
Raramente en la mujer el peso es mayor de 60 kg y el motivo de consulta es sobre todo de orden estético y de vestimenta.
B)     GRANDES OBESIDADES, de más de 90-95 kg. Estas deforman totalmente el cuerpo, y tienen serias repercusiones, endocrinas, cardíacas, sociales, psicológicas… el motivo de consulta es generalmente médico, porque son invalidantes.
C)     OBESIDADES MEDIAS,  (el grupo más numeroso) que acuden por diversos motivos. Se ven demasiado gruesas, se sienten insufladas, han cogido 10 kg en menos de 4 meses, pueden vestirse convenientemente.
   Para hacer otras clasificaciones más científicas, hemos de basarnos en la etiología de la obesidad.
Etiología
1.      Factores genéticos.
2.      Alteraciones endrocrinas: hipotiroidismo, Cushing, hiperinsulinismo, hipogonadismo.
3.      Lesiones hipotalámicas, que producen hiperfagia.
4.      Factores nutricionales, o por cebamiento constituyen el 95% de las obesidades.
5.      Actividades físicas escasas.
6.      Factores socio-económicos, la obesidad es de 7 a 12 veces más frecuente en los grupos de población socio-económicos inferiores, que en los de clases altas, en los países industrializados. En cambio en los subdesarrollados, aparecen en las clases sociales más favorecidas.
7.      Obesidad inducida por fármacos.
8.      Factores familiares: hipodinamia, dieta excesiva, influencia cultural etnográfica, factores psicológicos.
9.      Factores psicológicos; se ha podido observar una actitud diferente frente al alimento, en el sujeto normal y en el obeso.
10.  Factores energéticos y termogénicos: metabolismo basal y actividad física.
11.  Factores en relación con el tejido adiposo. Pero todo esto lo relacionaremos mejor, al estudiar la fisiopalogía de la obesidad.
     Buscando diferencias metabólicas entre el sujeto normal y el obeso, capaces de permitirle ahorrar energía, se ha demostrado que el número de bombas de sodio de los hematíes de individuos obesos, así como su grado de actividad es significativamente inferior, al compararlo  con el de individuos delgados. Ya que la bomba de sodio consume gran cantidad de energía, su disminución en el obeso, condicionaría un auténtico ahorro de energía y ganancia ponderal, aún con ingesta calórica baja. Podemos afirmar que en la obesidad se hallan implicados un gran número de factores algunos de ellos aún no totalmente demostrados y que en la investigación, está la respuesta a nuestras preguntas.
   En cuanto al tejido adiposo blanco, puede estar alterado en el obeso, según dos posiblidades:
A.- HIPERTROFIA (Aumento del tamaño de la células adiposas). Ocurre generalmente después de la adolescencia. Hacer esperar un buen pronóstico respecto al tratamiento bueno.
B.- HIPERPLASIA (Aumento del número de adipocitos). Es hereditaria o se adquiere durante la primera infancia (obesidad de larga duración u obesidad para toda la vida). El pronóstico de adelgazamiento es generalmente malo.
   La distribución de la grasa corporal se ve modificada fundamentalmente por estímulos hormonales. Nos permite diferenciar dos patrones diferentes de obesidad con evolución diferente.
1.- OBESIDAD ANDROIDE.  Predominio de acúmulo graso en mitad superior del cuerpo a partir de los cuarenta años, son frecuentes las complicaciones metabólicas, diabetes, hiperuricemia, arteriosclerosis, parece ser incluso predictos de la aparición de hipertensión arterial.
2.- OBESIDAD GINOIDE. El acúmulo de grasa en la mitad inferior del cuerpo, parece ser consecuencia de la acción de los estrógenos. Las complicaciones más frecuentes son los de deambulación como artrosis de columna o rodilla y los problemas de circulación de retorno.
   Sea cual sea la causa y forma de la obesidad es necesario buscar una pauta de tratamiento, para evitar las complicaciones que lleva implícita la obesidad.
¿Qué hacer cuando acude a nosotros una persona que quiere adelgazar?
   En primer lugar hay que entablar un largo diálogo, buscando las causas que le han conducido a ese estado y los motivos por los que quiere adelgazar. Si existe una buena motivación, ya tenemos un largo camino andado. En algunos casos la obesidad es producto de una alteración de la esfera de relación o una modificación del estado emocional, que cierra un círculo vicioso que difícilmente se puede romper sin la ayuda de una intervención psicológica. Deben olvidarse frases como “Usted está gordo porque como demasiado”, porque no siempre es verdad. Puede que haya ingerido demasiado en un periodo crucial de su existencia pero que actualmente no lo haga. Tampoco debemos decir “Yo voy a hacerle adelgazar”. Si debemos pedir la colaboración del paciente en el tratamiento.
   Hay que interrogar de forma exhaustiva sobre los tratamientos anteriormente realizados, porque van a condicionar enormemente el pronóstico.
   No se debe prejuzgar desfavorablemente a un paciente que consulta por una pequeña localización de grasa o un ligero sobrepeso, porque pueden estar condicionando un desequilibrio psíquico.
   Antes de instaurar un tratamiento se hará una anamnesis rigurosa, una exploración clínica completa, y una valoración de talla, peso y perímetros.
   Hay que tratar de valorar su estado emocional y psíquico.
   De forma sistemática solicitaremos una analítica con determinaciones de:
          Sangre: Fórmula, Tro. V.S., Glucosa, Urea, Ac. Úrico, Colesterol y Triglicéridos.
          Opcional: Estudio función tiroidea, lípidos fraccionados, proteinograma, pruebas de función hepática, Cortisol…
   Debemos fijar el tipo de obesidad  y el peso ideal que queremos alcanzar y que debe corresponder a aquel estado en el que el paciente se encuentre mejor.