10 Dic LA PIEL: MANTENLA SIEMPRE SANA
La piel es el reflejo de nuestro mundo interior: en ella se valora el estado de equilibrio metabólico y de transformación biológica que sufre nuestro organismo con el paso del tiempo.
Conocer nuestra piel y sus alteraciones, nos permite descubrir nuestra capacidad de adaptación física y psicológica, en relación a los mecanismos que ponemos en marcha para compensar una carencia orgánica o para eliminar un factor tóxico.
La fitoterapia, aporta soluciones reales a los problemas de la piel, actuando de un modo directo sobre la misma o ayudando al organismo a equilibrar sus funciones metabólicas y, con ello, a normalizar el estado y expresión de la piel en sus distintas dolencias.
Las afecciones más comunes
Eczemas: Son reacciones descamativas de la piel, en forma de pequeñas o grandes placas de color pálido. Se acompañan frecuentemente de picor y deshidratación cutánea. A veces, la piel se descama intensamente, dejando entrever una piel interna más frágil y sensible, que puede fisurarse y sangrar al contactar con el exterior.
Urticarias: Son reacciones de hipersensibilidad o alegría a una agente de contacto externo o interno, en las que se produce una vasodilatación local con edema y picor. Estas reacciones pueden ser de carácter local o generalizado. Todas se deben tratar rápidamente y buscar la posible sustancia alergizante.
Infecciones: Sobre la piel hay multitud de gérmenes que no tienen actividad infecciosa. Pero cuando la defensa inmunitaria del organismo baja o estos gérmenes penetran por una zona vulnerable de la piel, como una herida o los propios poros, aparece la infección en forma de lesiones enrojecidas, duras y sobrelevadas, a veces acompañadas de supuración central, como en el caso del acné de tipo infeccioso.
Mención aparte requiere el herpes, una infección cutánea causada por un virus que coloniza la piel en relación al territorio del nervio a la cual procede. Tiene unos estadios evolutivos de inflamación, vesículas y costrificación. Posteriormente, pueden producirse secuelas como el dolor nervioso. Se produce cuando hay desarreglos inmunitarios como los cambios hormonales cíclicos de la mujer, las convalecencias largas y el estrés, que favorecen que el virus emerja de su “escondite” y se manifieste en la piel.
Tumores: El más frecuente y benigno es la verruga. La causa de su formación es vírica, y tanto su disposición como tamaño y forma pueden ser variables. Suelen aparecer en momentos de bajas defensas y son susceptibles de transmisión por contacto. Otros tipos de tumores de carácter maligno adquieren un color y crecimiento diferente a las verrugas. Actualmente está aumentando la aparición de melanomas, en países con una fuerte exposición solar.
Cicatrices: A lo largo del tiempo, la piel va regenerándose de las lesiones que ha sufrido. Si éstas son profundas o de tipo infeccioso, la piel puede regenerarse en forma de fibrosis o cicatriz, dando lugar a un aspecto rugoso. Esto se produce después de un episodio largo de acné o, lógicamente, después de la herida importante que afecte la capa germinativa de la piel.
Envejecimiento cutáneo: Con los años, la piel va perdiendo elasticidad y turgencia, debido a la desestructuración y debilitamiento (donde existen las fibras de colágeno y de reticulina, además de la red vascular y las estructuras glandulares). Así, la aparición de las arrugas es debida a la atrofia de la unión dermo-epidérmica y a la descamación de las células desvitalizadas de la superficie cutánea. Los factores que pueden agravar este proceso están ligado a la formación de los radicales libres, ya que su acumulación en el organismo altera la función metabólica de las células en constante división, como la piel, produciendo un envejecimiento precoz y procesos degenerativos.
Cuidado de la piel con fitoterapia
Las plantas medicinales, utilizadas interna o externamente, ayudan al organismo a equilibrar sus distintas funciones metabólicas.
Fitoterapia de uso externo o tópico
La manera más directa y eficaz de tratar la piel es mediante la penetración tópica de los principios activos de las plantas. Éstos se aplican en forma de pomadas, cremas, geles o emplastes. Podemos distinguir los siguientes grupos de plantas:
Con acción astringente:
Hammamelis, nogal, ortiga blanca, escaramujo, zarzamora, rosa roja.
Son plantas ricas en taninos y otros componentes como los ácidos orgánicos, los lavonoides o las antocianinas.
A nivel cutáneo producen una disminución de la secreción sebácea, cerrando los poros y reafirmando la piel. Tienen un efecto vasoconstrictor, descongestivo y antiinflamatorio y se emplean preponderantemente en pieles secas.
Con acción emoliente:
Hammamelis, nogal, ortiga blanca, escaramujo, zarzamora, rosa roja, lino, malvarisco, llantén, borraja, saúco, gordolobo, violeta, pensamiento.
Son plantas ricas en mucílagos, pectinas y almidón. Gracias a estos componentes pueden retener agua, manteniendo una adecuada hidratación y formando una barrera protectora sobre la piel. Actúan sobre todo en pieles secan con prurito.
Con acción antiséptica:
Bardana, caléndula, hipérico, hisopo, ajedrea, nogal, lavanda, menta, albahaca, mejorana, romero, salvia, serpol, tomillo, propóleo.
Su acción se debe a la presencia de esencias y otras sustancias como por ejemplo las naftoquinonas y lactonas.
Con acción antifúngica:
Enula, propóleo, nogal, orégano, tomillo, ajedrea, ajo.
Con acción cicatrizante:
Centella asiática, milenrama, manzanilla, caléndula, cola de caballo, consuelda, agrimonia.
Favorecen la cicatrización, gracias a la presencia de sustancias regenerativas como la alantoína o el asiaticósido.
Con acción protectora-nutritiva:
Aceite de almendras, de olivo, de maíz, de lino, de borraja, de germen de trigo.
Su acción se debe a la presencia de aceites ricos en glicéridos, vitamina E, ácidos grasos esenciales, lecitinas, etc.
Plantas medicinales de uso interno
Muchas alteraciones de la piel pueden estar relacionadas con los órganos de drenaje (hígado, riñones, intestino) y con desequilibrios del estado hormonal. Por este motivo debemos de atender a estos procesos directamente.
Con acción depurativa:
Bardana, brezo, lavanda, levístico, ulmaria, abedul, fumaria, cola de caballo, ortiga, enebro, ciprés, diente de león.
Con acción antiséptica:
Tomillo, salvia, espliego.
Con acción antialérgica y antipruriginosa:
Grosellero negro, fumaria, pensamiento, helenio, marrubio, helicriso, viola tricolor.
Con acción estimulante de las defensas contra las infecciones:
Equinácea, propóleo.
Ejemplos de prescripción en fitoterapia
Gel para el acné
– Bardana (Extracto glicólico) 20 g
– Enebro (E.G) 20 g
– Salvia (E.G.) 10 g
– Gel 50 g
Solución antiséptica acné
– Lavanda (Aceite Esencial) 2 g
– Tomillo (A.E) 2 g
– Angélica (A.E) 2 g
– Alcohol c.s.
Loción antiverrugas
– Thuya oficinales (T.M) 50 ml
Con la loción se deben realizar toques en las lesiones, portegiendo la piel circundante de las verrugas.
Crema para picaduras
– Caléndula T.M.
– Hipérico T.M.
– Árnica T.M.
– Emulsión o/W c.s.
Emulsión para eccemas
– Gel de Aloe Vera 10 %
– Aceite de Prímula 10 %
– Urea 5 %
– Emulsión W/O c.s.
Gel para escoceduras
– Caléndula (extracto glicólico) 20 %
– Hidrocolite (extracto glicólico) 20 %
– Aceite de oliva 5 %
– Gel neutro de absorción 50%
Gel antiinflamatorio
– Manzanilla (extracto glicólico) 5%
– Harpagofito (extracto glicólico) 5%
– Aloe (extracto glicólico) 5%
– Caléndula (extracto glicólico) 10%
– Agua Hamamelis 10%
– Gel neutro de absorción c.s.p. 100 g
Solución tópica para el herpes
– Manzanilla (A.E) 1 g
– Orégano (A.E.) 3 g
– Mejorana (A.E.) 7 g
– Clematis vitalba (T.M.) 20 g
– Arctium lappa (T.M.) 20 g
– Glicerina 20 g
– Alcohol 60º c.s.p 125 ml
Baños urticaria
– Menta 25 g
– Bardana 25 g
– Sauco 25 g
– Manzanilla 25 g
Gel cicatrizante
– Cola de caballo (Extracto glicólico) 15 g
– Salvia (E.G.) 20 g
– Hidrocotile (E.G.) 15 g
– Maravilla (E.G.) 10 g
– Gel 50 g
Cápsulas depurativas en extracto seco
– Bardana 100 mg
– Alcachofa 75 mg
– Fumaria 75 mg
O bien:
– Diente de león 150 mg
– Fumaria 150 mg
– Bardana 50 mg
Decocción depurativa cutánea
– Pensamiento (raíz) 30 g
– Zarzaparrilla (raíz) 30 g
– Bardana (raíz) 50 g
– Saponaria (raíz) 30 g
– Gatuña (raíz) 10 g
Posología y preparación: Hervir 50 g de mezcla en un litro de agua durante 15 minutos y filtrar. Tomar el preparado tres tazas al día.
Tisana depurativa
– Scrofularia 15%
– Abedul 20%
– Sen 10%
– Fumaria 15%
– Brusco 10%
– Dulcamara 10%
– Zarzaparrilla 20%
Posología: Infundir 5 gr de la mezcla en una taza de agua hervida, tres veces al día.
Aplicaciones en dermo-cosmética
La limpieza correcta y rutinaria de la piel debe ser la adecuada para cada tipo de dermis permitiendo que ésta retenga su propia grasa. Después hay que aplicar una crema hidratante indicada para cada tipo de piel, con el objetivo de protegerla durante el día y no perjudicar la secreción normal de las glándulas sebáceas.
Cutis graso
– Crema a base de saúco, manzanilla, yedra, fucus y hamamelis, a la que se le añade extracto de placenta, y perfume de rosa y azahar.
– Loción tónica facial a base de hamamelis, melisa, aceite de silicona y manzarilla.
– Las emulsiones serán de bajo contenido graso (esperma de ballena, vaselina…) con un buen contenido acuoso, para evitar el brillo y la sensación aceitona.
Cutis seco
– Loción tónica facial a base de salvia, malva, tilo, agua de lúpulo y perfumada con esencia de rosas. La glicerina y la lanolina producen un gran efecto emoliente. También se utiliza el extracto de manzanilla o de caléndula, debido a su gran poder antiflogístico.
– Las emulsiones hidratantes tienen el poder de aumentar la humedad de la piel, gracias a la presencia de humectantes como la glicerina, aunque a veces se utilizan sustancias oclusivas como la vaselina, la parafina o los aceites de silicona.
Cutis desgrasado:
– Las emulsiones deben ser grasas para lubricar la piel y para protegerla de los agentes climáticos. Entre sus componentes emolientes o lubricantes se encuentran los glicéridos de origen vegetal (aceite de oliva, maíz, cacahuete, almendra, ricino.)
– El contenido de las cremas nutritivas puede estar formado a base de aceite de almendras, cera de abejas, bórax y agua de rosas, tiene escasa penetración y es muy lubricante.
Cutis graso con procesos de acné:
– Mascarilla astringente descongestiva a base de hamamelis, rosas, milhojas, almidón de maíz y bióxido de titanio.
– En las lociones, la acción astringente se obtiene con preparados ricos en taninos (hamamelis, salvia, abedul…), un mayor grado de solución alcohólica y ácidos orgánicos débiles (cítrico y láctico o el de los zumos de frutas de limón y pepino).
– Mascarillas exfoliantes y depurativas a base de limón, menta, romero y tomillo, o bien las de arcilla mezclada con algas o semillas de linaza, con aclarado posterior y aplicación de agua de rosas o de hamamelis.
Cutis envejecido:
– Se pueden emplear las vitaminas A, E y F, debido a su efecto descongestivo y desqueratizante.
– Extractos biológicos como las esencias, los jugos o pulpas de frutas naturales, liofilizados tisulares de vegetales y algas marinas (ricos en yodo), extractos tisulares de tejido conjuntivo, placenta y líquido anmiótico. Todas estas sustancias tienen una acción trófica y regenerativa.
– Para activar la circulación sanguínea se utilizan lociones que contienen extracto vegetales de ortiga o árnica.