27 Dic ¿Qué son las varices?
Las várices son una enfermedad de las venas. Esos largos conductos por donde circula la sangre que vuelve al corazón desde los órganos. después de haber sido aprovechada por éstos -, para que el corazón la envíe a los pulmones y allí se oxigene en contacto con el aire inspirado y vuelva a convertirse en sangre útil. Las venas, para lograr su cometido de retornar la sangre al corazón, deben luchar contra la fuerza de la gravedad, principalmente en posición de pie. Para ello están dotadas de múltiples y delicados mecanismos de compensación que las transforma en verdaderos “pequeños corazones periféricos”. Cuando estos mecanismos fallan se instala la insuficiencia venosa. Esta afección toma distintos nombres según el órgano o región enferma. Así, a la dilatación de las venas del ano se las denomina “hemorroides”, a las del cordón inguinal “varicocele”, etc. Cuando se habla de várices se hace referencia, generalmente, a las del miembro inferior. Cuando una persona dice que padece de várices o de úlcera venosa, se sobreentiende que son las venas de sus muslos o piernas las afectadas. ¿Por qué se producen? Las várices son venas enfermas. Aparecen como resultados de una serie de factores causales: la herencia, y el género. El sexo femenino está más predispuesto debido a las hormonas lo que hace que aparezcan con los ciclos menstruales y se agraven durante el embarazo y la menopausia. La obesidad es el factor común a ambos sexos asociados al sedentarismo y a las articulaciones atróficas Podemos explicar los factores que desencadenan la enfermedad varicosa realizando un viaje imaginario a través de la evolución y el crecimiento del ser humano. Bipedestación. Según la teoría de la evolución de las especies, el hombre – primitivamente animal cuadrúpedo en el curso de la evolución antropológica – fue irguiéndose hasta tomar definitivamente la posición de pie. De esta manera aumentó substancialmente la presión hidrostática contra la que tiene que luchar el sistema venoso para cumplir su función de retornar la columna sanguínea al corazón. Herencia. El hombre – como todo ser vivo – se reproduce según un esquema genético preestablecido. Es, pues, la herencia el segundo piso predisponente que encontramos en nuestro viaje imaginario. Se transmiten tanto las características morfológicas de las várices como su ubicación, repitiéndose en generaciones sucesivas. Sexo. Una vez fecundado el huevo se determina el sexo del nuevo ser y, con él, el tercer factor predisponente si es mujer. En este caso la posibilidad de enfermedades venosas respecto al hombre es de 5 a 1. Ciclos menstruales. La menarca – que es el primer período menstrual de la mujer – da inicio a las primeras manifestaciones patológicas consistentes en la aparición de pequeñas varicosidades y derrames, principalmente en las jovencitas predispuestas genéticamente. Los ciclos menstruales actúan directamente sobre las venas mediante las hormonas. Embarazo. Marca un eslabón fundamental en el desarrollo de las várices. En estas condiciones las venas padecen la influencia de tres factores que actúan negativamente sobre su integridad: el gran aumento hormonal que acompaña a la gestación, la compresión del útero grávido sobre las grandes venas y la tendencia al excesivo aumento de peso. Obesidad. Si bien es un factor común para ambos sexos, es la mujer la que la sufre con mayor intensidad, ya que cada embarazo le deja un sobrepeso al que se le suma el producido por las nuevas gestación. En ellas la grasa se acumula sobre todo en los miembros inferiores asociada a celulitis, la musculatura poco desarrollada, el temperamento sedentario y las articulaciones frecuentemente alteradas por lesiones artrósicas, hacen que el padecimiento varicoso sea más importante. Menopausia. El desequilibrio hormonal, común en esta época, es la causa de las alteraciones venosas. Vejez. Última etapa de nuestro viaje imaginario, se caracteriza por una atrofia generalizada de todos los tejidos, incluyendo las venas. A través de esta breve reseña tratamos de explicar someramente las causas que inducen a la formación de las várices. Pero…. ¿cuál es su tratamiento?… Teniendo en cuenta la gran variabilidad de factores que intervienen en su desarrollo, podremos entender también que su tratamiento, lejos de ser único, debe ser forzosamente multidisciplinario. DR. RAUL BALANZINO MAGGI. – MEDICINA ESTÉTICA Y VASCULAR – MÁLAGA