27 Dic EL CUERO CABELLUDO: UNA PIEL ESPECIAL
La piel que protege la parte más alta de nuestra cabeza, el cuero cabelludo, tiene características sensiblemente distintas.
De escaso grosor, su epidermis carece prácticamente de pigmentación, lo que le confiere un aspecto blanquecino y levemente translúcido. La elevada presencia de componentes acuosos y grasos que forman el manto superficial hacen que su superficie sea brillante y húmeda. Además, grupos de gruesos cabellos coloreados emergen en su superficie gracias a la actividad incesante de los folículos pilosos que estructuran la cabellera.
Por su particular localización esta piel se ha dotado de unas características únicas que la convierten en una verdadera especialista de la protección frente al medio externo. La variedad de cabellos tanto en estructura como en color que podemos observar en la actualidad son fruto de la evolución de esta piel a lo largo del tiempo, las condiciones climáticas los factores genéticos mejor adaptados, han permitido desarrollar la más adecuada protección para esta zona de nuestro cuerpo.
Particularidades del cuero cabelludo
Esta piel en conjunto de la anatomía humana se encuentra rodeando la bóveda craneana y está en contacto con la aponeurosis craneal. La ausencia casi total de hipodermis y un soporte óseo esférico provoca una inevitablemente tensión de las zonas más apicales con la consiguiente pérdida de grosor dérmico. La piel que forma la parte más alta del cuero cabelludo es más vulnerable y recibe el mayor número d impactos por su situación. Esto justifica que los cabellos que se encuentran en esta zona sean renovados más rápidamente que el resto, su ciclo vital es de 3 años frente a los de la zona occipital que pueden llegar a tener ciclos de hasta 7 años.
Una cuestión cuantitativa
La cantidad de folículos pilosos que encontramos en un cuero cabelludo es variable en cada individuo aunque podemos establecer ciertas cifras generales dependiendo de la edad.
Una cuestión cualitativa
Cada estructura folicular consta de una glándula sebácea anexa. En el cuello cabelludo, que dispone de un número elevado de folículos, y por tanto de glándulas anexas, se forma una emulsión superficial con un elevado porcentaje de la fase grasa con respecto a la fase acuosa. El balance hidro-lipídico (HLB) es favorable a los componentes grasos. Aunque, se observa que en algunos individuos las glándulas sudorípadas se encuentran especialmente activas en esta área cutánea. Y también cuando se realiza ejercicio o en épocas de calor presentando un HLB favorable a los componentes acuosos.
Una cuestión de temperatura
La población pilosa que desarrolla el cuero cabelludo proporciona a esta área cutánea una verdadera “manta” que preserva de la pérdida excesiva de calor. Hay que destacar que esta temperatura es variable en las distintas zonas del mismo. Las partes más altas presentan menor temperatura que los temporales y el occipital.
Una cuestión de nutrición
El riego sanguíneo que nutre el cuero cabelludo se encuentra desigualmente distribuido en las distintas zonas del mismo. La piel que cubre las zonas occipitales y los temporales disponen de mayor vascularización que las zonas altas y frontales del cuero cabelludo.
Una cuestión de anatomía
Desde el punto de vista histológico la epidermis se encuentra menos desarrollada que en otras áreas cutáneas. También tiene menor importancia la hipodermis que en la parte más alta del cuero cabelludo es prácticamente inexistente. En la parte más alta del cuero cabelludo es prácticamente inexistente el manto graso.
Al carecer de la capacidad amortiguadora y estructural del tejido graso subcutáneo, la piel del cuero cabelludo se muestra tensa y poco turgente.
¿Son iguales nuestros cabellos?
Cada folículo piloso elabora de forma independiente el tallo capilar en función de la información genética recibida.
El sistema de control de los folículos, por el contrario, sigue unos mecanismos hormono-dependientes comunes dentro del marco general de la piel.
Conclusiones
Como hemos visto, esta área cutánea dispone de características propias adaptadas a su función. Además, experimenta una serie de transformaciones a lo largo de la vida que dependerán de los impactos internos y externos que incidan sobre él. En el diagnóstico de las anomalías capilares resulta necesario tener en cuenta tanto los factores estructurales propios como del entorno ya que todos ellos tendrán un importante papel en esta piel tan especial.