Tipos de aguas termales

Aguas bicarbonatadas
Se consideran aguas bicarbonatadas, las que con un residuo seco superior a 1 g /L tienen como anión predominante el HCO3
. En dependencia del catión presente se denominan aguas bicarbonatadas sódicas, cálcicas o magnésicas. Si además del HCO3
están presentes Cl o SO4 2- con concentraciones mayores de 20 meq / L se consideran bicarbonatadas mixtas.
Por lo genera estas aguas poseen un pH neutro o ligeramente ácido, cuando contienen relativamente altas cantidades de CO2, abundante en muchas de estas aguas. Cuando este contenido gaseoso es elevado se denominan entonces carbogaseosas.
Las aguas bicarbonatadas sódicas son por lo general hipertermales por su origen profundo, mientras que las cálcicas, magnésicas y mixtas frías suelen ser más superficiales y alcanzan su mineralización en su interacción con rocas sedimentarias.
Aguas bicarbonatadas sódicas
La acción principal de estas aguas es de tipo digestivo. Se utilizan fundamentalmente en bebidas, en tomas de 100 a 200 ml antes del desayuno, almuerzo y comida, hasta alcanzar una dosis total de 1000 a1500 ml por día.
En general, estas aguas se comportan como antiácidas, actuando como neutralizantes de la acidez gástrica y por su poder buffer también favorecen la acción de los fermentos pancreáticos y el poder saponificante de la bilis. Poseen además acción colecistocinética. Son favorables para el tratamiento de los trastornos hepatopancreáticos.
Su acción alcalinizante de la orina puede favorecer la eliminación de sedimentos y pequeños cálculos uréticos, también poseen acción beneficiosa en las alteraciones intestinales, tales como procesos dispépticos, alteraciones del tono y motilidad (Armijo, 1994).
Aguas bicarbonatadas cálcicas
En estas aguas el contenido de HCO3
suele ser bajo debido a la escasa solubilidad del CaCO3 y en general, suelen ser de baja mineralización, mediana alcalinidad y escaso poder tapón.
Administradas por vía oral se comportan como antiácidas en el estómago, aunque con un menor poder neutralizante de la acción gástrica. En el intestino los iones calcio y magnesio son adsorbidos y localmente ejercen efectos sedantes y antisecretores.; en el hígado pueden facilitar la salida de la bilis al intestino; sobre la sangre son
alcalinizantes; sobre el sistema neurovegetativo se comportan como ligeramente depresoras. Estas aguas se utilizan fundamentalmente como aguas de mesa por ser de agradable ingestión y facilitar las funciones digestivas. Son también utilizadas en determinadas alteraciones metabólicas, en particula r diabéticas, procesos gastroentéricos, colitis, afecciones dispépticas y como cura de diuresis en inflamación de las vías urinarias, calculosis, etc. (Armijo, 1994).
Aguas bicarbonatadas mixtas
Se trata de aguas bicarbonatadas que contienen más de un catión con concentraciones superiores a 20 % meq/L.
Las aguas frías de este tipo, con un contenido relativamente alto de CO2, se utilizan preferentemente en las afecciones digestivas, hepáticas y renales, empleándose las hipertermales en procesos osteoarticula res, reumatismos crónicos, etc. Estas aguas se comportan como antiflogísticas y anticatarrales, pudiéndose utilizar por vía oral o tópica
(Armijo, 1994).
 Aguas bicarbonatadas sulfatadas
Al ser el bicarbonato y el sulfato los aniones más abundantes en estas aguas (más de 20
% meq/L), su acción está determinada por las características terapéuticas de ambos aniones. Da ahí que estas aguas, administradas por vía oral, producen en el estómago una acción semejante a la ejercida por las aguas alcalinas (menos intensa debido a su menor alcalinidad) y posean acción neutralizante frente a la acidez gástrica y la actividad péptica (Armijo, 1994). Debido a esas acciones, son utilizadas como aguas de bebida para procesos dispépticos, colecistitis crónicas, discinesias biliares, etc.
Aguas bicarbonatadas cloruradas
Debido al carácter contrario de las acciones del bicarbonato y el cloruro, estas aguas poseerán acciones terapéutica propias en dependencia del contenido relativo de ambos iones. Administradas por vía oral producen efectos colagogos y facilitan la excreción de colesterol y ácidos biliares. Las que poseen altas temperaturas pueden utilizarse por vía tópica (duchas o chorros y son favorables en afecciones reumáticas, postraumáticas, etc.
Aguas carbónicas
Estas aguas se denominan también carbo-gaseosas o aciduladas. Se caracterizan por poseer elevados contenidos de CO2., el cual debe sobrepasar cierto límite De acuerdo a algunos especialistas esa concentración debe ser mayor de 1 g/L (Salzuflen, 1958; en:
Armijo, 1994). En el Código Alimentario Español se considera ese límite 250 mg/L.
El CO2 libre le confiere a las aguas minerales un peculiar sabor “ácido” y su temperatura es por lo general baja, ya que si esta es elevada se escapa a la atmósfera con facilidad y el agua no alcanza tan alta concentración.
Las aguas bicarbonatadas carbogaseosas se utilizan principalmente como “aguas de mesa”, las cuales son ingeridas con las comidas, estimulando las mucosas conque hacen contacto. En el estómago excita la secreción de jugo gástrico, estimula la motilidad y produce vasodilatación. En los primeros sectores del intestino producen también una acción estimulante del peristaltilsmo y secreción, falcilitando la salida de bilis del mismo. Con fines terapéuticos se utilizan en dispepsias hipoclorhídricas y en cuadros de
hipotenia gástrica (Armijo, 1994).
En baños, estas aguas pueden utilizarse cuando la concentración de CO2 mínimas de 300 mg/l (por lo general estas fuentes poseen concentraciones del orden de 1 g/L o más). En algunos sitios se suele añadir CO2 industrial en concentraciones de hasta 3 g/L.
Por la acción de los baños carbogaseosos sobre el organismo se estimulan de los receptores cutáneos, produciéndose un descenso de la temperatura alrededor de 33 ºC.
Este hecho produce vasodilatación y descenso de la temperatura corporal.
La acción de las aguas carbogaseosas por vía tópica es dependiente del contenido de gas
y de la temperatura del baño. Los baños hipergaseados de 28-32 ºC hipertensores, mientras isotérmicos ligeramente gaseados son hipertensores, acción que se acentúa si la temperatura se eleva de 35 a38 ºC.
Los baños carbogaseosos también ejercen acción diurética y la vasodilatación a nivel renal, lo cual produce mejoría de la circulación general. Se emplean en la cura de la arteriopatías obliterantes y con menor relevancia se han obtenido efectos favorables en el tratamiento de procesos ateromatosos perifericos y en la insuficiencia vascular cerebral. También ha sido útiles estos baños en casos de hipertensión arterial y de alterosclerosis moderada; así como en tratamiento de manifestaciones reumáticas, alteraciones metabólicas (gota), dismenorreas, salpingitis y diversas ginecopatías. En todos estos últimos casos se requiere que la temperatura del agua se encuentre por encima de 37 ºC. Por el contrario, los baños por debajo de 33 ºC pueden utilizarse en el tratamiento de hipertensión arterial, estados de depresión nerviosa, diabetes, etc.
Aguas ferruginosas
Son aguas minerales que contienen hierro en una concentración superior a la mínima establecida en las normas y regulaciones. En algunos casos este límite es de 1 mg/ mientras que en otros casos alcanza hasta 10 mg/. Estas aguas son fundamentalmente bicarbonatadas o sulfatadas.
Las aguas minerales ferruginosas bicarbonatadas tienen un pH cercano a 7, son frías y su transparencia se suele perder por la pérdida del CO2, lo cual favorece la oxidación del Fe2+ a Fe3+ que es más insoluble y precipita. Las aguas sulfatadas son ácidas y suelen contener mayor cantidad de hierro y arsénico.
La acción terapéutica más destacada en estas aguas está asociada a su contenido de hierro. En el intestino delgado (principalmente en el duodeno), el ion ferroso disuelto en las aguas es adsorbido y pasa a la sangre, en donde se une a la trasferrina que lo transporta en forma férrica a la medula ósea para que sea incorporado a la hemoglobulina. Otros componentes presentes en este tipo de agua, tales como cobre, manganeso, cobalto, arsénico, etc., también le confieren a ésta propiedades favorables.
La administración de estas aguas puede ser por vía oral o a través de baños. En el primer caso, benefician a las personas con estados anémicos debidos a un insuficiente aporte de hierro o mayor exigencia orgánica; así como a estados anémicos debido a deficiente absorción del hierro por el aparato digestivo. En estos casos el tratamiento balneario puede ser complementado con la terpéutica medicamentosa.
Las aguas ferruginosas, especialmente las arsenicales, se utilizan también en balneación para el tratamiento de afecciones cutáneas.
Aguas oligominerales
Se trata de aguas de baja mineralización que pueden ser frías o calientes y que se caracterizan por presentar un gran número de iones. Entre los cationes se destacan: sodio, calcio, magnesio, potasio, manganeso, hierro, cobre, cinc, etc., y entre los aniones: cloruro, sulfato, bicarbonato, fluoruro, bromuro, yoduro, etc. Por sus propiedades terapéuticas, las que poseen una temperatura superior a 35 ºC suelen utilizarse en aplicaciones tópicas, en el tratamiento de afecciones reumáticas y procesos del aparato locomotor que requieren de rehabilitación hidroterapia. Las aguas que poseen temperaturas más bajas que ese límite se utilizan preferentemente por vía oral, como diuréticas y aguas de mesa (San Martín, 1994).