Tipos de vértigo

Vértigo periférico

El vértigo periférico es causado por una lesión otológica. Se da en forma de crisis que produce una sensación rotatoria. Esta puede durar desde minutos a horas, y en los periodos intercríticos la persona está totalmente asintomática. Suele haber hipoacusia habitualmente unilateral, y acompañarse de acufenos. También aparecen manifestaciones vegetativas, tipo nauseas, taquicardia o sudoración fría.
Si un enfermo no reúne estas características no podemos hablar de vértigo otológico ni tampoco de Menière. Solo en los casos de inflamación del nervio acústico aparece un vértigo de tipo periférico, sin hipoacusia ni otra manifestación auditiva.

Vértigo central

Destaca la ausencia de sintomatología auditiva, aunque este detalle puede resultar enmascarado cuando el paciente tiene una sordera previa. Principalmente encontramos una sensación de inestabilidad, que puede comportar incluso caída al suelo. Principalmente tenemos una afección vascular que produce una insuficiencia vascular por arteriosclerosis o por compresión causada por una cérvicoartrosis. La clínica, incluye pérdidas de conocimiento, hemiparesias, hipoestesias, cefaleas occipitales en forma episódica. Entre las crisis la exploración puede ser totalmente anodina. También este tipo de vértigo puede ser la primera manifestación de una esclerosis múltiple.

Vértigo cervical

Se trata de una sensación rotatoria de escasa duración que se desencadena ante una determinada torsión cervical.

Presbivértigo
Envejecimiento fisiológico del sistema vestibular que se acompaña normalmente de una presbiacusia. Se trata de una isquemia laberíntica crónica, y su clínica es eminentemente posicional. Se suele acompañar de una ataxia vestibular.

Para hacer un diagnóstico correcto de estas alteraciones, resulta básica una buena anamnesis donde se descarte o corrobore, cérvicoartrosis, hipoacusias, acúfenos etc etc… y no debemos olvidar las pruebas de coordinación para descartar una posible participación cerebelosa.
No podemos olvidar por otro lado el vértigo metabólico, que se presenta en enfermedades como la diabetes, hipotiroidismo y gota. En el caso de la diabetes, muchas veces se asocia con una neuropatía diabética del VIII par craneal y se suele asociar con una hipoacusia perceptiva bilateral.
Y por último nombrar el vértigo hematológico producido por las policitemias que llegan a congestionar el oído interno, y dan también lugar a los acúfenos. O las anemias severas que ocasionan cuadros vertiginosos de poca intensidad.