05 Ene Chocoterapia, capricho de los dioses
Theobroma Cacao, éste es el nombre científico que recibe el cacao, de donde se obtiene el chocolate. Y éste es sin duda nuestro protagonista también hoy, porque
Y todo ello, gracias a los tratamientos que contienen productos con chocolate. Tratamientos que envuelven la piel en esta materia y que consiguen transmitir todos sus beneficios a la misma. Es más, nos encontramos incluso con ceras al chocolate para las depilaciones más dulces nunca imaginadas.
Hoy,
Repasemos algunas curiosidades con respecto al cacao. Éste proviene mayoritariamente de África ecuatorial, donde países como Costa de Marfil (el mayor productor del mundo) y Ghana dependen en gran medida de sus exportaciones a los principales países fabricantes de chocolate y derivados del cacao: EE.UU, Alemania, Reino Unido, Francia y Brasil. Si buceamos un poco en la historia descubrimosque ya los aztecas atribuían al chocolate poderes místicos. Y es que el misticismo siempre ha rodeado a tan dulce golosina. De hecho, el significado exacto del nombre latino del cacao, theobroma, debido a la botanista Carolus Linnaeus, es “comida para dioses”.
Su descubrimiento para Occidente vino de la mano de Cristobal Colón y las primeras plantaciones en nuestro continente surgieron de Hernán Cortés.
Pero aún nos podemos remontar mucho más allá. La mítica Cleopatra no sólo se sumergía en leche de burra para afinar su piel. También se le atribuye la ingesta y uso de cacao para tal fin. Sí, has leído bien. Puedes alejar la idea de que el chocolate produce esos antiestéticos granos y espinillas en el rostro. Hoy por hoy los más afamados nutricionistas lo niegan.
Alimento de alto poder energético, muy pocos se resisten ante él. En lo referido a nutrición, el chocolate aporta hidratos de carbono, lípidos y proteínas, vitaminas A, B1, B2, D y E, y minerales como el calcio, fósforo, magnesio y trozos de hierro y de cobre.
Su aroma, cuando se trata de chocolate caliente, es inconfundible. Y parece estar asegurado también el hecho de que induce a la producción de betaendorfinas, lo cual relaja y serena el ánimo creando una sensación de placer extremo, lo mismo que ocurre al entrar en contacto con el paladar.
Raro es el hombre o mujer, niño o niña, personas de cualquier género, condición y edad que se resista a la tentación del chocolate. E igual ocurre con los tratamientos de belleza basados en el mismo: una vez se prueban, se repite. Podemos concluir que no se trata de una moda pasajera.