HISTOLOGÍA Y FISIOLOGÍA DE LA PIEL Y SUS ANEJOS. ASPECTOS BÁSICOS E IMPLICACIONES COSMÉTICAS.

            La piel cubre toda la superficie corporal y se continúa, a nivel de los orificios naturales, con los epitelios de los aparatos digestivo, respiratorio y génito-urinario. La piel es una membrana de función protectora que interviene con sus anejos (pelos, uñas y glándulas ) en un gran número de actividades fisiológicas que tienden a mantener la homeostasis, esto es, la constancia del medio. La piel protege al organismo del medio externo de varios modos:

1-  Es una barrera selectiva frente a microorganismos y sustancias químicas.
2-  Es una barrera selectiva para determinadas formas de energía ( calorífica, luminosa, etc. )
3-  Es un órgano en donde radican receptores nerviosos que permiten recibir información (tacto, temperatura) del medio externo.
            A parte de su gran interés en medicina que deriva del estudio de los procesos patológicos que radican en la piel y que constituyen la ciencia de la dermatología tanto médica como quirúrgica, la piel al ser un órgano visible, es de una gran importancia en el diagnóstico de otros sistemas. Basta recordar síntomas como la ictericia, la cianosis, las múltiples pigmentaciones, erupciones y modificaciones de la piel cuya observación es elemento decisivo en el diagnóstico de múltiples procesos patológicos.

ANATOMÍA

             Aunque la piel puede ser descrita como una sola entidad morfológico-funcional, es realmente un órgano heterogéneo que contiene diversos “subórganos” y que varía grandemente según las regiones del cuerpo. Para apreciar las variaciones regionales de la piel basta comparar la piel de la palma de las manos, de la cara o de las axilas. En cada una de estas regiones la piel tiene muy diversas características, de grosor, flexibilidad, marcas superficiales, pigmentación, actividad glandular y pilosidad.

ESTRUCTURA MICROSCÓPICA DE LA PIEL
             La piel está formada por dos capas diferentes en su estructura. La capa más externa, la Epidermis es de tejido epitelial. La capa más interna, la Dermis, es de tejido conectivo. Estas dos capas, que están firmemente unidas, se apoyan en una capa de tejido subcutáneo de tipo variable que recibe el nombre de Hipodermis. El tejido subcutáneo presta a la piel su gran capacidad de movimiento.
             La capacidad de la piel para moverse y estirarse depende de su grosor, elasticidad y del grado de fijación al tejido subcutáneo. La piel del abdomen es la que posee la mayor distensibilidad, pero si se estira demasiado, se lesiona irreversiblemente. Así, por ejemplo, durante el embarazo, aparecen en el abdomen unas líneas rosadas conocidas con el nombre de Striae gravidarum.
             Durante el desarrollo embrionario, las células de la epidermis invaden la dermis para formar las glándulas sudoríparas, ecrinas y apocrinas, los folículos pilosos, las glándulas sebáceas y las uñas que constituyen los anejos de la piel o Faneras.
             La existencia de dos capas en la piel tiene diversas implicaciones ya que las células de la epidermis, que carece de vasos sanguíneos, se nutren del líquido intersticial que proviene de los capilares de la dermis, ello permite cortar la epidermis en finas capas sin que aparezca hemorragia.
             La piel, según el espesor de la epidermis, se suele dividir en dos tipos:
 Piel gruesa: Se encuentra en la planta de los pies y de las manos y posee una gruesa epidermis con un bien desarrollado estrato córneo o capa queratinizada.
Piel delgada: Se encuentra en el resto del cuerpo, tiene una epidermis más delgada con un estrato córneo más fino y más laxo.

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