10 Oct REVISIÓN Y AVANCES EN EL TRATAMIENTO DEL MELASMA
El melasma es un trastorno adquirido de la piel que se manifiesta como máculas hiperpigmentadas distribuidas simétricamente en cara, cuello y, rara vez, en brazos. La mayoría de casos se producen en mujeres (90%) en edad reproductiva y con tonos de piel oscura. Su prevalencia es desconocida pero existen estudios que hablan de más de 5 millones de personas afectadas en Estados Unidos.
Se ha demostrado que este trastorno puede tener un impacto significativo en la calidad de vida del paciente, especialmente la afectación facial que puede influir negativamente en la vida social y el bienestar emocional de la persona.
Existe una amplia gama de tratamientos para el melasma con mayor o menor grado de eficacia. El tratamiento clásico ha consistido en combinar fotoprotección con despigmentantes tópicos y evitar factores desencadenantes. Las terapias halladas comprenden formulaciones tópicas, peelings químicos, dispositivos de luz y láser, y otras modalidades menos estudiadas. El tratamiento a largo plazo y la prevención son difíciles de conseguir, y los efectos adversos como irritación, descamación, escozor o hiperpigmentación postinflamatoria son frecuentes.