07 May ACNÉ
La piel grasa se presenta brillante, untuosa y con poros perceptiblemente abiertos. La secreción sebácea tiene modificada su composición cualitativa y cuantitativa, desequilibrando el manto hidrolipídico.
Las burbujas lipídicas, al ser ricas en ácido linoleico, tiene acción licuefactiva sobre el sebo y reducen su secreción, previenen la queratosis, son regenerantes y tienen efectos antiinflamatorios y antibacterianos, de manera que compensan los desequilibrios de ácidos grasos característicos de las pieles grasas. Las burbujas lipídicas normalizan el ratio lipídico aumentando la proporción de ácido linoleico y reducen el escualeno.
El tratamiento de todas estas afecciones cursa con brotes, con lo que se debe adaptar el tratamiento al estado en el que se encuentre.
Algunos factores contribuyen a la aparición de las lesiones acneica. Normalmente se debe a las alteraciones hormonales (pubertad, síndrome premenstrual, embarazo, etc.) pero también el estrés y fatiga, que pueden llevar a una sobreproducción de sebo y a la proliferación bacteriana. Cuando el sebo no puede salir con normalidad, los poros de la piel se bloquean. Entonces aparecen las espinillas y los granos.
Las personas con acné deben evitar todos aquellos productos que contengan aceites en su formulación, los que sean excesivamente hidratantes o aquellos que puedan producir un efecto oclusivo sobre la piel.