27 Apr CONTORNO DE OJOS
La piel del contorno de ojos es mucho más fina que la del resto de la cara y el cuerpo, tiene muy pocas glándulas sebáceas y se distiende con mucha facilidad.
La piel de los ojos pierde su elasticidad y los músculos se debilitan a través de la edad, como consecuencia aparece la flacidez alrededor de los ojos y se forman pliegues en los parpados. Por otra parte la grasa que protege las cuencas de los ojos sobresale de la cavidad ocular y se acumula en bolsas prominentes alrededor de los párpados, apareciendo así las bolsas de los ojos.
La piel de los párpados y el contorno es sumamente delgadas y disminuye su espesor aún más durante el proceso de envejecimiento, lo cual le confiere traslucidez, permite ver la red vascular superficial y le da una tonalidad rojiza-azulada (ojeras).
La piel periorbitaria, como la del resto de la cara, está sometida con mucha frecuencia a la exposición de los rayos solares. La exposición solar y/o el humo del tabaco resecan la piel y produce la destrucción de las fibras de colágeno y elastina, lo que produce su envejecimiento y acelera la aparición de arrugas, formándose las llamadas “patas de gallo”.
Los ojos, además de desempeñar una función vital crítica, son unos órganos especialmente delicado, por lo que las legislaciones cosméticas de los diferentes países publican en sus disposiciones reglamentarias listas de ingredientes y colorantes específicamente restringidos para su aplicación en la zona de los ojos, ya que se exigen unos criterios de seguridad más estrictos que los aplicados en los ingredientes cosméticos destinados a otras zonas corporales.