14 Dec Dermatitis atópica
La Dermatitis Atópica (DA) es una de las afecciones de la piel con más prevalencia que se ha incrementado en los últimos 20 años, y que afecta fundamentalmente a niños y lactantes, aunque puede aparecer a cualquier edad. El término “atopia” fue introducido en 1923 para describir cierta forma clínica de hipersensibilidad con marcadas influencias hereditarias. Inicialmente se incluyeron asma y rinitis alérgica, pero poco después se describió la frecuente asociación de eczema. Más tarde, en 1933, se acuñó el término “dermatitis atópica” que implica la frecuente asociación de la DA a asma o rinitis alérgica, que tiene lugar en el 30-50% de los niños que la padecen. La DA es la enfermedad inflamatoria cutánea más severa y crónica de la dermatitis, y se caracteriza por la morfología de sus lesiones, su peculiar patrón de distribución, su curso crónico y recidivante y sobre todo, por el intenso prurito que produce. Pero además los enfermos presentan otras alteraciones cutáneas, como una piel extremadamente seca, ictiosis, dermatitis profesional, dermatitis de las manos, que constituyen una dificultad sobreañadida para conseguir el control de la enfermedad.
Su incidencia es de un 2-20% en la población en general, y que un 3% de los niños padecen DA, cifra que va en aumento. Se manifiesta habitualmente de forma temprana, en el periodo neonatal, y a menudo durante el segundo o tercer mes de vida; constituyendo un trastorno predominantemente infantil, hallándose el 60% de los casos en el primer año de vida y el 85% durante los primeros 5 años. Su inicio es posible incluso antes de los dos meses de edad y si además existe una tendencia familiar evidente, la frecuencia de asma es mayor. En el 60-70% de las DA existen antecedentes familiares de procesos tópicos. Puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente en niños pequeños y varones, pero en las demás edades afectan por igual ambos sexos e incluso es ligeramente más frecuente en el sexo femenino. La DA es más frecuente en los países desarrollados y con clima frío, afecta a todas las razas y con mayor predominio entre la asiática. Su curso es variable y puede remitir espontáneamente y sustituirse por asma ó fiebre del heno en la infancia o adolescencia.
La DA se manifiesta en las zonas de contacto con el alérgeno: en la piel como eczema atópico; en los ojos como conjuntivitis alérgica; en la mucosa nasal como rinitis alérgica (fiebre del heno), y en los pulmones como asma bronquial alérgica. Su síntoma fundamental es el prurito que origina el consecuente rascado y por tanto la aparición de lesiones eczematosas, pápulas de prurigo y por último, la liquenificación de la piel. Las pápulas son pequeñas, en forma de cúpula con una vesícula en su cenit, que con el incesante rascado, se excoria y se coloniza por S. Aureus, produciendo un círculo vicioso que favorece el mantenimiento de las lesiones. Se trata de una enfermedad condicionada genéticamente en la que el efecto fundamental sigue siendo desconocido, aunque se conocen varios factores condicionantes: factores genéticos, el 70% de los pacientes con DA tienen familiares de primer grado con una o más condiciones atópicas; alteraciones no inmunológicas como la anormal vasorreactividad cutánea, alteraciones en el metabolismo de los ácidos grasos esenciales, la disminución de la secreción sebácea y la sudoración o factores que influyen en la evolución (empeora en ambiente seco y frío, en lugares contaminados, con el estrés y con la menstruación); y alteraciones inmunológicas, tales como un gran aumento de la IgE total, inmunidad celular deprimida, sensibilización a alérgenos, cambios en la formación de citoquinas, disminución del AMPc, aumento de Selectina y de la elastasa leucocitaria. De aquí que el diagnóstico se base en una historia clínica (morfología y distribución de las lesiones), estudio alergológico (pruebas cutáneas de prick o parches con los alérgenos implicados, así como test in vitro), en los pacientes con lesiones extensas debemos recurrir a pruebas del laboratorio y si hay sensibilización a los alimentos, realizar una dieta de eliminación de esos atopenos.