16 Oct Diverticulitis: elección del tratamiento
Tratamiento conservador vs. Cirugía: la severidad del ataque, la situación del paciente y las complicaciones, determinarán la alternativa. Los períodos largos, libres de síntomas, justifican el tratamiento conservador. Si el paciente tiene ataques recurrentes que obligan a hospitalizarlo, debe considerarse como candidato a cirugía.
Posibles complicaciones del tratamiento conservador: aunque frecuentemente es útil para controlar un ataque individual, la efectividad del tratamiento conservador es impredecible a largo plazo. Una dieta estricta, pobre en residuos, es más viable durante el ataque agudo, pero insostenible por mucho tiempo. El paciente puede ser tratado con anticolinérgicos, antibióticos y tranquilizantes o sedantes. No debe prescribírsele morfina o compuestos codeínicos. A pesar de un buen tratamiento, puede presentar recurrencias, obstrucción, perforación, fístulas o hemorragia.
Cirugía y seguimiento: Los candidatos a cirugía son aquellos pacientes que sufren recurrencias a pesar de que están sometidos a tratamiento, especialmente si éstas son incapacitantes. Las fístulas, la perforación, la hemorragia masiva o la imposibilidad para diferenciar un carcinoma, son indicaciones para cirugía. Durante la recuperación, debe evaluarse el estado del paciente mediante un enema baritado. Hay que observarlo durante 2 a 3 meses y , más adelante, cada 6 meses.