16 Sep Mejora de la ojera mediante bioestimulación autóloga y colágeno
Las ojeras se las define como máculas pigmentadas, bilaterales, homogéneas, sobre la región Supraorbital, sobre todo muy marcadas cuando el surco nasoyugal está atrófico o deprimido. A pesar de su relevancia, existen pocos trabajos publicados acerca de su patogénesis.
Las ogeras tienen su origen en múltiples factores:
-Depresión o atrofia del surco nasuyugal.
-Deposición dérmica de melanina
-Hiperpigmentación postinflamatoria secundaria a dermatitis atópica o alérgica de contacto.
-Edema periorbital
-Posición superficial de la vasculatura
-Enlentecimiento de la microcirculación venosa.
El uso de atelocogáneno estéril y altamente purificada, es muy acertado en la zona pues con su uso evitamos los efectos adversos en comparación con otros rellenos utilizados. Además actúa formando una red cohesiva de atelocolágeno puro y concentrado para corregir los defectos tisulares; incrementando la migración y conducción celular, proporcionando y optimizando la estabilidad estructural, el tejido regenerado sustituye al atelocolágeno.
La combinación con factores de crecimiento autólogos potencian el resultado del tratamiento al inducir la activación biológica del fibroblasto y ciertas moléculas como las que resultan de la degradación del ácido hialurónico en la dermis; conduce a la fabricación de colágeno, elastina y ácido hialurónico, elementos esenciales de la estructura cutánea y que también entran a formar parte del proceso que estimula el atelocolágeno. Ambos se potencian dando mayor integralidad al tratamiento. Los factores autólogos también regulan la pigmentación de la zona y la calidad de la piel del párpado inferior.
El envejecimiento en el párpado superior provoca exceso de piel asociada o no aptosis de la ceja, herniación de grasa, prominencia del músculo orbicular y cambios intrínsecos en la calidad de la piel.
Cambios similares ocurren en el párpado inferior, hipertrofia del músculo orbicular, prolapso o pseudoherniación de la grasa orbitaria con deformidades en el surco orbitomalar, descenso del ligamento zigomático-cutáneo, laxitud de los tendones cantales y cambios cutáneos, laxitud de los tejidos blandos, pérdida de volumen de las estructuras periorbitarias. El descenso progresivo de las estructuras del párpado inferior por el efecto de la gravedad condiciona también al elongación del párpado inferior senil y el cambio de conformación de la conexidad en el joven a la concavidad.
Todos estos cambios condicionan una deformidad que provoca un aspecto de cansancio. La blefaroplastia ha de ir encaminada a manejar laxitud y especialmente la grasa de la región periocular, se discutirán las posibles técnicas a utilizar con sus ventajas y limitaciones.
Anatómicamente el párpado superior presenta dos compartimentos grasos, el medial y central; y el párpado inferior, presenta tres, el medial, central y lateral.
Con el proceso de envejecimiento, el septum orbitario cede provocando una pseudoherniación de los distintos paquetes grasos, que sumado o no al descenso de las estructuras ligamentosas vecinas (orbitomalar y zigomático-facial) y tejidos blandos circundantes, van a dar el aspecto de fatiga a la mirada y una elongación del párpado inferior.
La exploración de cada paciente, la calidad de la piel, las estructuras ligamentosas, la posición de los paquetes grasos, la retención hídrica, nos darán las claves para indicar un tratamiento de los factores que contribuyen en mayor medida al envejecimiento de la región periocular.
Debemos ser lo más conservadores posible con la grasa palpebral tanto en el párpado superior como inferior, ya que conociendo la importancia de la pérdida de volumen en el envejecimiento, hemos de evitar que la cirugía pueda contribuir a acelerar dicho proceso.