18 May Ejercicio físico en el tratamiento de la obesidad
El ejercicio físico es un componente fundamental en el tratamiento de control del peso, que debe ir unido inexcusablemente a un plan de alimentación estructurado, ya que la práctica del ejercicio de forma aislada como tratamiento de la obesidad no logra una pérdida de peso adecuada. Sin embargo, cuando un ejercicio físico moderado se asocia a la dieta hipocalórica, se produce un adelgazamiento mayor. Además, el ejercicio produce una mayor pérdida de grasa abdominal.
Por otra parte, el ejercicio físico tiene un gran impacto a largo plazo sobre el mantenimiento de la pérdida de peso, de forma que los individuos que continúan realizando ejercicio más allá de 6-12 meses mantienen mejor el peso perdido.
A pesar de que la creencia popular es la contraria, el ejercicio suele modificar el apetito y los hábitos alimenticios, con una tendencia a reducir espontáneamente el consumo de alimentos ricos en grasa.
El ejercicio físico, independientemente de sus efectos sobre la pérdida de peso, aumenta la capacidad cardiorrespiratoria y ofrece otros muchos beneficios para la salud entre los que podemos destacar:
-Mejora el perfil lípidico, disminuyendo las concentraciones de triglicéridos, cLDL e incrementan las de cHDL.
-Mejora la sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa y el control metabólico de las personas con diabetes.
-Mejora el control de la presión arterial en sujetos hipertensos.
-Disminuye el depósito de grasa abdominal y mejora la composición corporal aumentando la masa magra, especialmente si se asocia a ejercicios de fuerza o resistencia.
-Previene las enfermedades cardiovasculares
-Mantiene la integridad de la masa mineral ósea, mejorando la artrosis y la osteoporosis.
– Induce sensación de bienestar y tiene efectos psicológicos positivos incluso antes de lograr una pérdida significativa de peso: aumenta la autoestima, disminuye la ansiedad y la depresión.
-Disminuye el riesgo de enfermedad biliar asintomática
-Disminuye la incidencia de carcinoma de colon y mama
Sin embargo, el ejercicio también presenta riesgo e inconvenientes. El riesgo más importante del ejercicio físico es la lesión, sea articular, muscular o esquelética. La obesidad aumenta el riesgo de lesión así como la aumenta la cantidad de ejercicio y la práctica de deportes competitivos, de riesgo o vigorosos. El ejercicio intenso también incrementa de forma notoria el riesgo de muerte súbita de origen cardiaco o el de infarto de miocardio en pacientes con enfermedad cardiovascular diagnosticada u oculta. En pacientes diabéticos puede haber un empeoramiento puntual del control (hiperglucemia o hipoglucemia) y determinados ejercicios, especialmente de fuerza muscular están contraindicados cuando hay retinopatía diabética proliferativa, neuropatía periférica grave y cardiopatía o neuropatía autonómicas.