17 Dec Vitaminas y la guerra contra el envejecimiento
Las vitaminas y derivados juegan un papel muy importante en la guerra contra el envejecimiento. A finales de los 80 se ha proporcionado evidencia de que ciertas vitaminas pueden proteger a las células del cuerpo y los tejidos del daño causado por procesos que tienen lugar en el organismo, mientras otras ayudan a reparar el daño causado a la piel por el envejecimiento cronológico y fotoenvejecimiento.
Un nivel adecuado de vitamina E en la piel reduce la cantidad de colágeno insoluble, ya que como antioxidante previene los efectos producidos por los radicales libres participantes en este proceso. Respecto a los derivados de la vitamina E, el acetato es un antioxidante que protege a las células de los daños de la radiación UV y de los radicales libres producidos por la contaminación, ayudando a mantener el tejido conectivo firme. El linoleato es un hidratante que se acumula en el estrato córneo y repara la barrera intercelular. Cabe destacar que recientemente se ha patentado el uso del 2-dihidroxietil 2-hidroxi-6,10,14-trimetilpentadecano como captador de radicales y filtro UV, que aumenta la penetración de la vitamina E y sus derivados.
La Vitamina A regula el crecimiento y la actividad epitelial de las células, aumenta la elasticidad de la piel y ayuda al engrosamiento de la dermis y la epidermis. El correspondiente palmitato activa la mitosis de la epidermis significativamente y aumenta la actividad enzimática.
La Vitamina C, puede bloquear los radicales libres de oxígeno y prevenir daños causados por la radiación UVA y UVB, sirviendo de fotoprotector biológico de amplio espectro y antiinflamatorio. También estimula la síntesis de colágeno en la piel, participando en la regeneración de la dermis, así como un efecto estimulante en la proliferación de fibroblastos. Es importante mencionar su actuación sinérgica con la vitamina E contra la lipoperoxidación de lípidos.
El Pantenol estimula la proliferación de fibroblastos, ayuda a la reparación de los tejidos y promueve el proceso de curación de heridas que se ralentiza con el envejecimiento. Además contribuye a la hidratación de la piel y cabello y tiene además influencia en las manchas seniles.
La Vitamina D es esencial para el desarrollo y mantenimiento de la salud del esqueleto en los humanos. Dado que la epidermis es el lugar de mayor formación de esta provitamina, es importante mantener los niveles adecuados. Una dieta insuficiente o el uso de factores de protección elevados representan un problema serio en este sentido. A esta provitamina se le atribuye un papel importante en la prevención del daño de los melanocitos.
Dados los múltiples efectos beneficiosos que presentan las vitaminas, no es de extrañar que aparezcan en el mercado productos que formulen combinaciones de alguna de ellas.