Otoplastia primaria

La protusión o deformidad en orejas caídas es relativamente frecuente y se acompaña a menudo de alteraciones psicológicas, siendo preferible corregir esta malformación en el periodo de edad que va de los cuatro a los seis años.

Historia:

Dieffenbach (1845) fue el primero en corregir las orejas protuyentes por simple excisión de la piel del surco retroauricular combinado con fijación mediante sutura del cartílago de la oreja al periostio de la región mastoidea.

Sin embargo algunos autores como Ely (1881), Keen (1890), Monks (1891) y Cocheril (1894) modificaron la técnica de Dieffenbach al realizar la excisión y la exeresis de parte del cartílago de la concha.

El fundamento de las modernas técnicas de la otoplastia fue establecido por Luckett quien en 1910 fue el primero en reconocer la importancia del desplegado de la antihelix y la necesidad de corregir esa zona alisada para producir un contorno satisfactorio.

Esta combinación de la antihelix y la corrección de la concha, base de las técnicas modernas, fue refinada por Young en 1944, quien excindió segmentos de la scapha y concha y realizó incisiones a lo largo de la línea de la crus inferior del antihelix.

Holmes en 1959 intentó el debilitamiento del antihelix y la corrección del contorno mediante múltiples incisiones en la cara interna del cartílago del antihelix con el objeto de producir el efecto escama de pescado.

Estas técnicas fueron integradas y mejoradas por Negro, Wilson y Jhonson en 1956 y fueron recientemente modificadas por Converse y Wood-Smith en 1963 y 1971.

Mustardé (1963, 67 y 71) popularizó el método de Owen de fijación mediante técnica no absorbible del cartílago en su posición correcta. Esta técnica ha ganado aceptación a causa de su simplicidad.

Furnas en 1968 reenfatizó la importancia de la fijación del cartílago de la concha al periostio mastoideo en los pacientes con una relativa bien formada antihelix y en los cuales el principal problema era la protusión del cartílago conchal. Al igual que el método Mustardé la técnica de Furnas es popular a causa de su simplicidad.

La modificación del cartílago mediante el debilitamiento de su cara anterolateral fue descrito por Stenstrom en 1963, quien utilizó múltiples incisiones combinadas con la excisión de un segmento de piel postauricular.

La cara anterolateral del cartílago es abordada a través de la incisión postauricular y el procedimiento se completa con la ayuda de un instrumento cortante especial para dicha tarea. Ju Li y Crikelair (1963) exponían el cartílago a partir de su cara lateral, excidiendo y modificando el contorno del cartílago bajo visión directa. Este último método parece llevar aparejado un riesgo de cicatriz visible.