Sobre las uñas

Son láminas compactas de queratina dura, producto de la queratinización. Su crecimiento promedio es de 0.1 mm por día. En la uña se describen diferentes sectores: Eponiquio, localizado a nivel proximal, por debajo del cual se encuentra la matriz (células que dan origen a la uña) Lúnula, semiluna blanquecina que corresponde al sector de la matriz visible Hiponiquio que corresponde al extremo distal de la uña Lámina ungueal que asienta en el lecho ungueal. En el extremo proximal hay un pliegue de piel, la cutícula, que recubre ese sector de la uña. Las uñas están formadas por una proteína dura, la queratina. Entre los aminoácidos que la integran (arginina, ácido aspártico, glutámico), se destaca la L-cistina que posee azufre, mediante el cual forma puentes disulfuro que le dan resistencia. Presenta otros componentes como hierro y nitrógeno, y poca cantidad de calcio. En contra de la creencia popular la dureza de la uña no depende de la cantidad de calcio; la fortaleza de las uñas se debe fundamentalmente a su alto contenido en azufre y escaso contenido en agua (18 %). Las uñas de las manos crecen más rápidamente que la de los pies (3 mm al mes) y su renovación se completa en 6 meses, mientras que las de los pies, en 1 año. Estas diferencias influyen en la duración de los tratamientos antimicóticos de las onicomicosis. Entre los factores que modifican el crecimiento y dureza de las uñas figuran: el envejecimiento, déficit nutricionales (anemia, hipoproteinemia), endocrinopatías (hipo e hipertiroidismo), exceso de exposición al agua y detergentes. Las uñas cumplen funciones de protección y aprehensión, y por su valor estético, afecciones como la fragilidad ungueal, motivan frecuentemente la consulta al dermatólogo y farmacéutico, sobre por parte de las mujeres.