TÉ: SALUD A SORBOS

Verde o negro (simplemente desecado o fermentado), oolong, en hojas, en bolsitas, soluble, natural, a la menta o al limón, el té es una de las bebidas más consumidas en el mundo, aparte de ser una planta medicinal. Desde hace muchos años, el té verde llama la atención por las propiedades antioxidantes de sus constituyentes fenólicos y su posible papel preventivo de afecciones cardiovasculares o cancerígenas. Historia En China cuenta la leyenda, que un monje budista que viajó desde la India a China en el año 520 d.C. se quedó dormido mientras meditaba. Al despertarse, enfurecido consigo mismo se cortó los párpados para asegurarse de que no le volviera a suceder. Aquellos párpados cortados cayeron al suelo y de ellos brotó el arbusto del té, con el que se podía hacer una bebida para mantenerse despierto, conocido como símbolo de la eterna vigilancia. El té verde es una de las bebidas más antiguas del mundo. No fue hasta el siglo XVI que los exploradores europeos y comerciantes popularizaron el té en occidente. El té es la segunda bebida más consumida mundialmente después del agua. Composición química El té contiene más de 350 constituyentes, de los cuales, el 40% son hidratos de carbono, el 20% proteínas, el 2% lípidos y el 9% minerales (manganeso, potasio, magnesio, flúor) además de vitaminas, como la B (B1, B2, B3) o la vitamina C en el té verde. También posee taninos, cuyos efectos sobre el organismo son moderados debido a la presencia de polifenoles. Acción farmacológica Se atribuyen diversas propiedades al té. Por otra parte, en Oriente, antes que una bebida fue considerada como una planta medicinal. Además de los efectos estimulantes debidos a la cafeína y de su actividad diurética, son importantes sus posibilidades como antioxidante. Se sabe también que el té verde ejerce un efecto protector contra las caries dentales y que su extracto puede utilizarse como purificador del aliento. Otros estudios permiten pensar que el consumo regular de infusiones de té verde disminuyen significativamente los niveles sanguíneos de colesterol y triglicéridos, y la relación LDL/HDL produciéndose por tanto un descenso del riesgo de arterioesclerosis y de la instauración de enfermedades cardiovasculares en los grandes bebedores de té (4 o más tazas por día). En lo relacionado con el té negro, algunos estudios sugieren que su consumo regular (5 tazas al día) disminuye en gran medida el riesgo de accidentes vasculares cerebrales. La hoja de té puede utilizar tradicionalmente por vía oral: – En el tratamiento sintomático de diarreas ligeras. – En astenias funcionales. – Como coadyuvantes en regímenes de adelgazamiento. – Para favorecer la eliminación renal de agua. Por vía tópica: – Coadyuvantes de regímenes de adelgazamiento. – Tratamiento de apoyo como suavizante y antipruriginoso en afecciones dermatológicas, como trófico protector en el tratamiento de excoraciones, grietas y contra las picaduras de insectos. TÉ NEGRO Mejora la función endotelial Beber té no sólo es una vieja costumbre inglesa; también tiene propiedades cardiovasculares. Su consumo ayuda a los pacientes con afecciones coronarias a invertir la disfunción endotelial, es decir, los problemas en la dilatación de los vasos sanguíneos. Estos efectos beneficiosos podrían deberse a los antioxidantes que contiene la infusión. Y es que las bondades del té eran bien conocidas, pero hasta el momento no se sabía con exactitud cómo actuaba. Sus propiedades se deben a los flavonoides, ya que estas sustancias, también presentes en frutas y verduras, ayudan a mantener en buen estado el endotelio (tejido que tapiza el interior de los vasos sanguíneos): su efecto antioxidante impide la formación de placas de ateroma y, por tanto, que se obstruya el flujo sanguíneo. El té negro también protege el corazón Los flavonoides que le dan al té negro su color y sabor característicos (teflavinas y terubiginas), también son potentes antioxidantes. TÉ ROJO La medicina tradicional china considera como un remedio para gozar de buena salud y para adelgazar. Es un té que ayuda a perder peso sin esfuerzo, tiene un sabor agradable y reduce el nivel de colesterol. – Desintoxica y depura activando el metabolismo del hígado. – Refuerza el sistema inmunitario, preserva de la infecciones y posee efectos bacteriostáticos. – Facilita la digestión de las comidas grasas y estimula la secreción de las glándulas digestivas. – Disminuye el nivel de colesterol. – Elimina el sobrepeso provocado por una mala alimentación. El TÉ BLANCO El té blanco, es en realidad un té verde del cual sólo se recogen los brotes, antes de que se abran. Su recolección es un verdadero trabajo de “chinos” ya que se necesitan miles de brotes, recogidos a mano, para obtener una pequeña cantidad de té. Luego se dejan secar al aire libre, sobre paños de seda, a fin de que se evapore el agua y se mantengan, en cambio, todas sus propiedades. Las propiedades del Té Blanco – El té blanco es mucho más eficaz que el té verde ya que contiene tres veces más polifenoles (un antioxidante muy potente que ayuda a aumentar nuestras defensas y colabora en la lucha contra los radicales libres). – Si tenemos en cuenta que los radicales libres oxidan las células y que eso favorece el envejecimiento y las enfermedades (incluso el cáncer) podemos entender que algunos estudios digan que tomar té blanco aumenta las defensas, combate el envejecimiento celular y es un buen aliado para prevenir el cáncer. – Protege contra las caries dentales gracias a su riqueza de fluor. – Combate la fatiga física y mental. Aumenta la capacidad de concentración y memoria. – Tiene la mitad de cafeína que el té verde por lo cual está más recomendado para la gente más nerviosa o que no necesitan ese efecto excitante. – Ideal en dietas antiobesidad ya que no tiene calorías, es muy agradable, aumenta nuestra energía, es suavemente diurético y favorece la eliminación de grasas. – Es un buen aliado ante enfermedades cardiovasculares ya que baja los niveles del colesterol LDL y de triglicéridos.