05 Feb APLICACIONES DEL TEST DE INTOLERANCIA ALIMENTARIA
Posted at 10:46h
in ADELGAZAR, adiposidad localizada, Aesthetic Treatments, arrugas, Aumento de labios, Aumento de pecho, Cirugía Estética, cirujano plástico, Clínica estética
¿Qué es el test de intolerancia alimentaria?
Nuestro organismo es intolerante a un alimento, conservante, o colorante, cuando este produce una reacción adversa que no está mediada por el sistema inmunológico, un fenómeno completamente distinto al de la alergia.
Las células sanguíneas humanas son susceptibles de reaccionar frente a ciertos alimentos. Al reaccionar de forma intolerante frente a un alimento, las células sanguíneas liberan sustancias nocivas, agresivas para nuestro organismo.
El test de intolerancia alimentaria estudia el comportamiento específico de nuestras propias células frente a cada alimento. La reactividad frente a determinados alimentos nos da la pauta para determinar aquellos que son conflictivos para nuestro organismo.
No es un tratamiento de adelgazamiento, ni tampoco un tratamiento contra la migraña o dermatitis. Es un análisis de sangre en el cual se reproduce en el laboratorio la respuesta de nuestras células sanguíneas frente a 100 alimentos distintos (los más habituales de nuestra dieta) y 20 de los colorantes y conservantes de uso más común en alimentación.
El test de intolerancia alimentaria y el sobrepeso
El sobrepeso es una situación anómala del organismo con etiología multifactorial y parece ser sintomático de algunos desequilibrios bioquímicos. Existen factores genéticos y hormonales, entre otros, además de los propios hábitos de alimentación de cada individuo, que intervienen en la regulación del peso corporal.
Cuando un organismo se encuentra sometido a una dieta restrictiva, éste se defiende contra la privación mediante un descenso de su metabolismo. Disminuye entonces el consumo energético y se inicia el ciclo del llamado fenómeno yoyo.
Este ahorro energético se compensa con una pérdida de masa muscular, y por tanto, con un aumento del porcentaje de tejido adiposo. Disminuye la capacidad para quemar calorías. Al abandonar la dieta e incrementar el aporte calórico neto, el organismo, que está inmerso en esta situación de ahorro, responderá con un aumento de peso, posiblemente, seguido de una nueva dieta.
Sobrepeso y astenia relacionados con la ingestión de ciertos alimentos
La sensación del hambre, se explica por varios autores como consecuencia de una serie de procesos bioquímicos a nivel cerebral. En este sentido, la reacción de intolerancia a ciertos alimentos podría ser la causa de una disminución de ciertos neurotransmisores, especialmente la serotonina. Este descenso genera la sensación de hambre, malestar, astenia, etc, de manera que el paciente intenta combatirla mediante la ingesta de carbohidratos. Estos, producen una rápida liberación de insulina y un posterior aumento de triptófano y serotonina.
La consecuencia es una sensación de bienestar temporal, hasta que la propia insulina segregada, produce una disminución de la glucemia plasmática, que a su vez produce nueva sensación de hambre y la necesidad de volver a ingerir aquellos alimentos adversos que iniciaron todo este cuadro.
Estos pacientes presentan serios problemas de sobrepeso, acompañado de otros síntomas inespecíficos (malestar, astenia, cefaleas, etc.), todo ello producido por la intolerancia alimentaria.
La intolerancia alimentaria en la dieta hipocalórica
Las dietas hipocalóricas sumen al organismo en una situación de estrés. Bajo esta situación, los efectos adversos producidos por los alimentos que causan intolerancia, pueden aflorar o bien agudizarse, de manera que complican un tratamiento que de por sí es difícil de llevar.
La sintomatología producida por la intolerancia alimentaria es muy variable de un paciente a otro, pero puede incluir ansiedad, retención de líquidos, fatiga crónica, migrañas, etc., y este cuadro suele culminar en un incumplimiento de la dieta por parte del paciente y, por tanto, en el fracaso del tratamiento.
En aquellos casos en los que una dieta hipocalórica produce situaciones de pérdida de peso menor a la esperada, y en general, resultados y evolución de la dieta fuera de lo normal, se puede sospechar que existe una intolerancia alimentaria.
Con la ayuda del test, el especialista en nutrición, puede confeccionar una dieta hipocalórica personalizada para el paciente, en la que se sustituyan los alimentos que han mostrado positividad en el test por otros dietéticamente equivalentes, con el fin de incrementar las garantías de éxito del tratamiento de adelgazamiento.
El test de intolerancia alimentaria y la migraña
La migraña es una entidad de marcado carácter familiar, consistente en ataques recurrentes de cefalea de intensidad, frecuencia y duración muy variables, comúnmente de localización unilateral alternante y que se suele asociar a náuseas y vómitos.
Existen distintos tipos de tratamiento para la migraña, pero en muchos de los pacientes, de los cuales el 70% son mujeres, no se alcanzan los efectos deseados.
Las causas de la migraña son de origen muy diverso, desde predisposición genética y anatómica, a desajustes hormonales o emocionales, y se ha comprobado también que en muchos pacientes, la alimentación supone un factor clave. Alimentos como el chocolate, los frutos secos o el alcohol, se han asociado tradicionalmente a las crisis.
El proceso físico causante de la migraña no ha sido completamente descrito por el momento. El pensamiento actual sugiere que el aura, o conjunto de manifestaciones que preceden a la crisis migrañosas, es debida a la constricción de los vasos sanguíneos cerebrales y tejidos colindantes, reduciendo así el riesgo de estas áreas. A continuación de la fase de constricción, los vasos se dilatan más de lo esperado. El dolor de cabeza de la migraña se asocia a la hinchazón de los vasos sanguíneos que circundan el cerebro.
Otra vertiente de esta patología se debe a la inflamación causada por la agregación plaquetaria. Durante la crisis, las plaquetas se agregan y liberan grandes cantidades de serotonina (no necesaria en estas condiciones), que produce vasoconstricción y reduce, por tanto, el riego sanguíneo cerebral.
El organismo dispone de mecanismos que contrarrestan el efecto de la serotonina, como los eicosanoides PGE-1 y PGE-2, potentes vasodiladores, pero éstos, pueden causar un brusco giro en dirección opuesta.
La producción incrementada de estos eicosanoides en respuesta a la inflamación así como la agregación plaquetaria asociadas a la intolerancia alimentaria, puede explicar, al menos en parte, el dolor de cabeza de las crisis migrañosas.
Los vasos cerebrales se dilatan en exceso originando el dolor de la segunda fase del ataque, y la elevada presión en ciertos puntos de cerebro puede producir la náusea.
El test mide la intolerancia alimentaria valorando el cambio en tamaño y número de las células de la sangre, así como la agregación plaquetaria post-incubación con extractos alimentarios y de aditivos y colorantes, reproduciendo en el laboratorio las condiciones que se dan in vivo.
Muchos pacientes con migraña que eliminan de su dieta los alimentos a los que son intolerantes, padecen crisis de menor intensidad y más espaciadas en el tiempo con lo cual se consigue mejorar de manera considerable la calidad de vida de los mismos.
Este tipo de tratamiento que incide únicamente en la alimentación, es sencillo y no invasivo, de manera que podría incluirse en el llamado tratamiento no-farmacológico contra la migraña, complementando al farmacológico.
El test de intolerancia alimentaria y alteraciones cutáneas
La intolerancia alimentaria es una reacción adversa de carácter individual que puede causar o bien complicar, cuadros a nivel dermatológico como dermatitis, eczemas, urticaria, acné y celulitis.
Clínicamente, los síntomas de la alergia alimentaria a nivel dermatológico están perfectamente descritos, y su manifestación implica un inmediato sarpullido o erupción cutáneos, mientras que, si se trata de una reacción retardada o crónica, como suele ocurrir en caso de intolerancia alimentaria, el diagnóstico resulta más complejo.
El test es una técnica que puede facilitar el diagnóstico de algunas alteraciones dermatológicas.
El eczema es una enfermedad inflamatoria de la capa superficial de la piel (dermatitis), que suele presentar prurito, eritema, vesículas, edema, e incluso, exudación de material seroso.
Eliminando o reduciendo el consumo de los alimentos a los que un paciente es intolerante, se reduce, en muchos casos, la presencia de algunos tipos de eczemas cutáneos.
La urticaria puede tener múltiples orígenes, como medicamentos, estrés, frío, alergia, contacto con sustancias irritantes, así como por consumo de alimentos que causan intolerancia. Se caracteriza por la aparición áreas de la piel enrojecidas e inflamadas que provocan intenso picor. Esta dolencia también mejora en muchos pacientes al corregir la intolerancia.
El acné es una de las alteraciones cutáneas más comunes en nuestra sociedad, sobretodo en la población adolescente, y en ciertos casos, la eliminación de los alimentos intolerantes mejora visiblemente la sintomatología.
La intolerancia alimentaria y la consecuente retención de líquidos que se produce a nivel del organismo, contribuyen también a la aparición de la celulitis.
El tratamiento integral de la celulitis, debería incluir la identificación y eliminación de los alimentos causantes de la intolerancia ya que si éstos no se suprimen de la dieta, la mejora en la apariencia de la celulitis será temporal, y continuará desarrollándose debido al deterior de la circulación en las áreas afectadas del tejido adiposo.
El test de intolerancia alimentaria y trastornos gastrointestinales
La intolerancia alimentaria es una de las causas de la sintomatología y molestias que a menudo se presentan a nivel gastrointestinal. Los síntomas son variables en cada paciente y pueden incluir distensión y dolor abdominal, aerofagia, diarreas crónicas, náuseas, y se ha relacionado, incluso, con el síndrome del colon irritable.
El síndrome del colon irritable consiste en un trastorno de la movilidad del tubo digestivo, que puede afectar a todos sus niveles, causando grados variables de dolor abdominal, estreñimiento alternado con diarrea, así como distensión abdominal después de comer.
Los factores que predisponen a esta patología incluyen el estrés emocional, dietas pobres en fibra, el abuso de laxantes y la intolerancia alimentaria.
El síndrome de colon irritable, puede ser una alteración de muy larga evolución, incluso de por vida, pero en general se alivia con el tratamiento, que incluye, ejercicio regular, tratamiento psicológico frente al estrés, tratamiento farmacológico de tipo anticolinérgico, así como la adopción de una dieta rica en fibra, en la que juega un papel muy importante la intolerancia alimentaria.
Se ha demostrado que la exclusión de la dieta de los alimentos que causan intolerancia alimentaria, contribuye a la mejora de la sintomatología del colon irritable y de otros trastornos gastrointestinales.
El test de intolerancia alimentaria y fatiga crónica
La fatiga crónica es una alteración que se caracteriza por un cansancio y debilidad mantenidos, que no están relacionados con un esfuerzo en particular, no se alivian con el descanso o sueño, y son particularmente más acusados en las primeras horas del día.
Las causas de este síndrome pueden ser diversas, tales como enfermedades infecciosas, anemia, fibromialgia, alteraciones psicológicas, y la alimentación, parece ser un factor clave. La fatiga crónica puede incluir, además de cansancio, una larga lista de síntomas, como dificultades en la función cognitiva, alteraciones visuales, trastornos psicológicos, vértigo, problemas de equilibrio, sensibilidad a temperaturas extremas, y dolores de pecho.
Ciertos pacientes padecen fatiga después de una infección vírica. Durante la infección, el sistema inmune produce citoquinas que la combaten pero que a su vez debilitan al organismo, y sus efectos, pueden persistir durante algún tiempo. En particular, los linfocitos producen interferones, útiles contra infecciones víricas pero que se ha demostrado que son causantes de fatiga, vértigvo y cefaleas.
Otros pacientes manifiestan fatiga crónica después de un trauma psicológico, o bien después de un periodo de intenso trabajo, lo cual sugiere que las hormonas del estrés podrían estar implicadas.
Algunos autores defienden que el síndrome de la fatiga crónica es el resultado de una disfunción del sistema inmune. Después de una infección, estrés u otro trauma, algunos factores inmunológicos causantes de la fatiga, se mantienen elevados indefinidamente. Cuando existe un periodo de fatiga superior a seis meses, se puede sospechar la existencia de una intolerancia a alimentos o a aditivos alimentarios. La fatiga puede ser una temprana señal de alarma de la intolerancia alimentaria.
Los tratamientos nutricionales han demostrado ser eficaces y no agresivos en la terapia de la fatiga crónica. Con la ayuda del test, se puede elaborar una dieta personalizada para el paciente, en la que se excluyan o disminuyan las dosis de los alimentos que causan intolerancia, y mejorar, en muchos casos, la fatiga crónica del paciente.
El test de intolerancia alimentaria y alteraciones respiratorias
Existen diversas alteraciones respiratorias como el asma, la rinitis y la sinusitis, que pueden tener su origen en la alimentación, ya sea como alergia alimentaria, intolerancia alimentaria, o una combinación de ambas.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que dificulta el paso del aire a través de las mismas. Se caracteriza por la aparición de episodios de sibilaciones, tos, secreción nasal, dolor en el pecho, fatiga y disnea. Puede ser total o parcialmente reversible, de manera espontánea o bien mediante la administración de fármacos broncodilatadores. El asma afecta principalmente a niños, desapareciendo en muchos de los casos los síntomas con la llegada de la pubertad.
La rinitis consiste en la inflamación de la mucosa nasal y produce congestión, insuficiencia respiratoria nasal, prurito, rinorrea y estornudos.
La sinusitis supone una inflamación de los senos nasales, los cuales se colapsan a nivel de la mucosa, de manera que pueden infectarse. Los síntomas más habituales son congestión y secreción nasal, intensos dolores de cabeza, tos y fiebre, entre otros.
Con el seguimiento de una dieta personalizada en la que se excluyan los alimentos a los que el paciente es intolerante mediante el test, se consigue mejorar, en muchos casos, la sintomatología de estos tipos de alteraciones respiratorias.
Cabe estacar que tratamiento con el test debe aplicarse una vez hayan sido descartadas otras posibles causas, como las de origen alérgico o infeccioso, si bien pueden presentarse de manera combinada. La experiencia con los prescriptores del test indica que existe una propensión a la alergia en pacientes con intolerancias, y viceversa.