16 Jan LA MANZANA
Pocas frutas son tan polivalentes y versátiles como la manzana. La gran variedad de manzanas que tenemos a nuestra disposición durante todo el año abarca colores que van desde el verde fuerte al roja brillante, pasando por toda la gama de pardos y amarillos. Esta versatilidad hace que haya manzanas para todos los gustos y para todos los usos, que en gastronomía son muchos.
Composición
La manzana está compuesta por un 84% de agua, un 0.5% de contenido proteico, un 0.25% de grasas, un 2% de fibras y un 13% de hidratos de carbono. También contiene vitamina C y algunas del grupo B. Entre los minerales se encuentran fundamentalmente el calcio, el fósforo, el potasio y el hierro.
Entre los principios activos de la manzana, destacan fundamentalmente la pectina, los ácidos orgánicos (málico, cítrico, clorgénico), los antocianósidos (galactósido), los taninos y la quercitrina.
La manzana como remedio terapéutico
Son múltiples las aplicaciones de la manzana, tanto profilácticas como terapéuticas, conocidas desde la antigüedad. La manzana está indicada en la alimentación humana desde el periodo posterior a la lactancia, e interviene eficazmente en la dieta de niños, adultos, ancianos y deportitas.
– Si se come cruda, la manzana hace que en el proceso de ingesta intervenga todo el aparato masticador, favoreciendo la irrigación de las encías y ayudando a eliminar la placa bacteriana.
– Es recomendable en personas que lleven una vida sedentaria, pues contiene una elevada cantidad de polifenoles, que estimulan la secreción del jugo gástrico y la producción biliar.
– Presenta una cantidad considerable de sales minerales, que ayudan a reforzar la constitución ósea y aumentan el tono muscular.
– El ácido málico posee propiedades antianémicas, y su contenido en nitrógeno y fósforo ofrece al cerebro la posibilidad de realimentarse en el agotamiento intelectual. Así, la manzana fortifica el sistema nervioso, estimula el trabajo cerebral y predispone al sueño tranquilo.
– Tomadas como postre, estas frutas favorecen la digestión y corrigen los posibles trastornos causados por una mala alimentación o una alimentación inadecuada.
– Las pectinas presentes en la piel (la zona más superficial contiene principalmente vitaminas, por lo que es conveniente comer las manzanas con piel) le confieren una acción reguladora del tránsito intestinal, aumentado el bolo y reteniendo agua, provocando una acción laxante. Las pectinas también impiden la absorción intestinal del colesterol y su contenido en fibra regula la función intestinal.
– Las manzanas son muy adecuadas en la dieta de los ancianos, puesto que previenen y ayudan a combatir la osteoporosis, la arterioesclerosis y la hipotonía gástrica e intestinal.
– Una manzana comida en ayunas cada mañana es un excelente depurativo y, tomada después de las comidas, es el mejor dentífrico natural.
– Se atribuye a las manzanas la propiedad de disolver los cálculos o arenillas biliares o renales. En corroboración de ello hay que señalar que la acción de las manzanas es opuesta a la formación del ácido úrico, ya que lo disuelve.
– El uso terapéutico más importante de la manzana es el de frenar la diarrea infantil y adulta.
– Es aconsejable en dietas hipocalóricas y para aquellas personas que hagan dieta (la ingesta de una manzana cruda antes de empezar cada comida, disminuye el apetito, por lo que se come menor cantidad de otros alimentos más ricos en calorías).
– Una infusión de peladuras de manzana, es muy beneficiosa como desintoxicante para combatir trastornos artríticos, reumatismos, gota, etc.
– La inclusión de la manzana en el desayuna es un excelente reconstituyente para los niños.
– En estética se utilizan mascarillas a base de manzana para rejuvenecer las pieles grasas. Precisamente esta fruta es indispensable en casos de acné juvenil y de algunos tipos de forunculosis. Una acción tan sencilla como pasarse por la cara una piel fresca de manzana, ejerce una eficaz acción detergente que refresca y tonifica la piel, estimulando a la vez su secreción.
También existe una fórmula para conseguir mejillas de aspecto sedoso: se ralla la pulpa de una manzana, se mezcla con la leche tibia y esta mascarilla se aplica sobre el rostro durante un rato. Posteriormente se elimina con agua de rosas.
– La manzana también tiene una acción aniflogística (actúa sobre las inflamaciones) y una acción vulneraria (ayuda a la cicatrización de llagas y heridas).
– Por su composición, está especialmente indicada para las personas diabéticas, ya que su cantidad de hidratos de carbono no es muy elevada. En cualquier caso, es más aconsejable que estas personas las coman cocidas, asadas o hervidas, ya que de este modo pierden el azúcar.
– Todavía hay quien cree que la manzana provoca ardores de estómago y eructos ácidos. En la mayoría de los casos, estas reacciones se producen por una mala digestión que puede tener dos causas: las frutas están todavía demasiado verdes o se han comida deprisa y sin masticar.
– No existen contraindicaciones para las manzanas.