LA NARANJA



   Esta fruta es una fuente de vitaminas de primera magnitud. Gracias a que existen múltiples variedades y a que su tiempo de maduración es escalonado, la naranja se puede degustar prácticamente en cualquier época del año.
Composición
   Los componentes de la naranja convierten a esta fruta en una fuente de vitaminas de primera magnitud, y su contenido de vitamina C alcanza cotas muy altas. Hay además otras 12 vitaminas presentes en esta fruta, hidratos de carbono, ácidos y abundantes minerales, agentes aromáticos, etc.
   En la pulpa y junto con a la vitamina C, encontramos las vitaminas A y B, sales minerales como zinc, hierro, manganeso o cobre, ácidos orgánicos como el cítrico, el málico y pectina (fibra). El principal componente de la piel es un aceite esencial que contiene, sobre todo, limoneno, junto a ésteres, aldehídos y alcoholes libres. A pesar de que la composición es bastante parecida, las esencias procedentes de los dos tipos de naranja (dulce y amarga) difieren por su grado de perfume y por su intensidad.
Las naranjas como remedio terapéutico
          Por el gran aporte vitamínico que representa, la naranja es necesaria para equilibrar y complementar la alimentación de niños y lactantes alimentados con leche artificial, adolescentes en periodo de crecimiento y ancianos.
          Necesidades nutricionales de vitamina C: Niños, entre 20 y 30 mg/día (una naranja). Adultos, entre 50 y 60 mg/día (2 naranjas).
          La naranja es aconsejable en enfermos y convalecientes, ya que aumenta la inmunidad.
          Tiene múltiples propiedades beneficiosas, dado su alto contenido de vitamina C y a las diversas funciones que dicha vitamina tiene en nuestro organismo:
. Favorece la cicatrización de las heridas, ya que participa en la formación de colágeno.
. Tiene una función antioxidante, ya que retrasa el envejecimiento celular y participa con carácter protector en los procesos de oxidación de las células, defendiéndolas de los efectos nocivos de los radicales libres.
. Aumenta las defensas del organismo, ya que participa en la migración de los leucocitos, incrementando su contenido en vitamina C.
          En casos de obesidad es recomendable comer la naranja entera, ya que gracias a su contenido en fibra, ésta da una sensación de saciedad que el zumo solo no aporta.
          Al comer naranjas frescas, las vitaminas no se destruyen. Su mejor momento de recolección es en otoño e invierno, momento en que los resfriados y otras afecciones exigen el consumo de vitamina C.
          Estas frutas están indicadas para personas con problemas vasculares, con fragilidad capilar y a las que con facilidad se les forman hematomas, ya que la vitamina C aumenta la elasticidad venosa.
          Son aconsejables en personas que toman mucho alcohol y para los fumadores habituales, por su efecto antioxidante.
          Las naranjas se recomiendan para las mujeres que tomen anticonceptivos orales, así como para personas que habitualmente se vean obligados a tomar mucha medicación, porque compensan la reducción  de las defensas del organismo.
          Las personas diabéticas deben controlar la ingesta de naranjas, ya que su zumo aumenta rápidamente el nivel de glucosa en sangre.
          Las hojas y flores del naranjo sirven para preparar infusiones antiespasmódicas.
          Un régimen exclusivamente a base de naranjas durante 24 horas es excelente después de unos días de comidas copiosas.
          En el campo de la cosmética, se realizan distintas esencias y perfumes, que tienen como base la naranja.
          Las mascarillas preparadas con pulpa desecada contribuyen a la eliminación de las impurezas, ya que tienen una acción tónica y refrescante, muy adecuada para la dilatación de los poros.
          El zumo de naranja, aplicado como loción sobre el rostro, da luminosidad a la piel.
          Excepcionalmente, se puede emplear una gota de zumo en cado ojo para proporcionar a la mirada nitidez y luminosidad.
          Las flores del naranjo exhalan un aroma fuerte y penetrante, y se emplean en la elaboración del agua de azahar y de infusiones.