05 Sep Músculos de la mímica
Los músculos de la mímica facial se pueden dividir en 5 grupos: de estos 3 grupos elevan el rostro y 2 tiran hacia debajo de él.
Los músculos de la parte superior del rostro son:
- Parte epicraneal: el músculo occipito-frontal que mueve el cuero cabelludo y levanta las cejas. Musculo corrugador superciliar que junta las cejas.
- Orbital: músculo orbicular de los ojos que cierra los párpados.
- Nasal: músculo procerus que arruga la nariz y el nasal que cierra las fosas nasales.
En la parte baja del rostro: tenemos gran complejidad en los músculos.
- Zona oral: incluye el músculo orbicular de los labios que cierra los labios y hace que protruyan. El músculo cigomático mayor y menor que alteran la comisura bucal. El elevador del labio superior que eleva el labio superior. El depresor del labio inferior que tira de este hacia abajo y el músculo mentalis que arruga la piel del mentón.
- Cuello: músculo platisma que tensa la piel del cuello.
Es muy importante el equilibrio de unos músculos respecto a otros. Algunos músculos son elevadores como por ejemplo el músculo frontal, y cuando se contrae eleva los tejidos y otros son depresores como el corrugador o el orbicular de los ojos y cuando se contraen empujan los tejidos hacia abajo.
Cuando cambia la actividad de un músculo elevador debemos saber que esto afecta a la actividad de otros músculos depresores, y viceversa.
Estas líneas que aparecen con la edad se deben al resultado de la contracción del músculo más extenso del rostro, el músculo frontal. Este va desde la parte más baja del cráneo hasta la frente y termina en la parte más profunda de la piel, justo en los dos tercios internos de cada ceja y entre las propias cejas.
La mayoría de la gente tiene una pequeña diástasis entre la rama derecha y la izquierda del músculo frontal, justo en medio de las cejas; pero algunas veces los dos músculos se juntan y forman una superficie muscular continua. Esto debemos tenerlo en cuenta cuando hacemos inyecciones de toxina botulínica en esta zona, puesto que si hay diástasis entonces la toxina no afecta al músculo frontal. Este es el único músculo elevador del tercio superior del rostro. Si relajamos la parte superior del músculo frontal, entonces se suavizan las líneas horizontales de la frente. Cuando este músculo se contrae, eleva las cejas.
Debemos evitar inyectar la toxina en la parte más baja del músculo frontal, porque podría resultar un aspecto como avergonzado con caída de las cejas e incluso ptosis del párpado. Con este efecto se perdería la expresividad al menos en parte de la zona periocular.