28 Nov Sobre el tratamiento de la obesidad
CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA
a) Plan de alimentación
En el tratamiento de la OB el plan de alimentación constituye un pilar básico para alcanzar un balance energético negativo, ya que para conseguir perder peso es imprescindible que el consumo energético sea inferior al gasto energético.
Uno de los principales retos del seguimiento del plan alimenticio es conseguir una buena adherencia al mismo, mantenida en el tiempo y con el menor esfuerzo posible, para lo cual la variedad de alimentos del plan debe permitir que el sujeto incorpore las modificaciones propuestas; realizándose la distribución de los nutrientes de forma individualizada en cada paciente.
En función de la distribución de macronutrientes, se dispone de distintos tipos de dietas, entre las que cabe destacar:
– Dietas bajas en grasas.
– Dietas bajas en hidratos de carbono.
– Dietas de bajo índice glucémico.
– Dietas hiperproteicas.
b) Ejercicio físico
El ejercicio físico es el segundo pilara del tratamiento de la OB para alcanzar un balance energético negativo; debiendo adaptarse a las diferentes etapas de la vida. En adultos se recomendarán actividades encaminadas a mejorar el rendimiento cardiovascular y la fuerza muscular, evitando posibles lesiones osteomusculares.
En la población infantil y adolescente con SP u OB, se recomienda la actividad física espontánea más de una hora al día para la pérdida de peso y la salud cardiovascular (jugar al aire libre, participar en las tareas domésticas, ir al colegio o instituto andando, subir y bajar escaleras en lugar de coger el ascensor, etc.).
c) Modificaciones de la conducta
Las intervenciones sobre la conducta se dirigen a favorecer la incorporación de las modificaciones den la dieta y la actividad física del sujeto. La aplicación de técnicas cognitivo-conductuales permite desarrollar nuevas pautas de alimentación (masticar despacio, raciones más pequeñas, no comer mientras se ve la televisión,etc.); corregir creencias erróneas que distorsionan el comportamiento; establecer contratos de contingencias; control de estímulos ante diferentes situaciones; aprendizaje de técnicas de relajación; así como corregir estados emocionales inadecuados, con la finalidad de controlar la sobre-ingesta y mejorar la percepción del autocontrol en pacientes con OB, en especial en el entrenamiento para la prevención de recaídas.