18 Mar SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA (VIH/SIDA)
La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) puede producir un amplio espectro de manifestaciones clínica, desde la infección asintomática al síndrome de inmunodeficiencia adquirida propiamente dicho (SIDA). El síndrome consiste, esencialmente, en la presentación de una o varias enfermedades consecuencia de una alteración de la inmunidad celular. Las más típicas son las infecciones oportunistas, el sarcoma de Kaposi y otros tipos de tumores. Además de la afección inmunitaria, la infección puede afectar primariamente al sistema nervioso central, originando diversas encefalopatías. De una curiosidad epidemiológica y de una afección aparentemente circunscrita a determinadas prácticas sexuales y a conductas sociales marginadas, el SIDA ha pasado a convertirse en un problema importante de salud pública en ciertos países. El virus llega al individuo sano susceptible, a partir de otro infectado, por alguna de las siguientes tres vías de transmisión: . A través de contacto sexual: incluido el sexo oral, vaginal y anal. . A través de la sangre: por transfusiones o compartiendo agujas. . De la madre al hijo: una embarazada puede transmitir el virus al feto o una madre lactante puede pasárselo a su bebé por medio de la leche materna. Manifestaciones clínicas Los síntomas relacionados con la infección aguda de VIH, es decir, cuando se infecta por primera vez, a menudo son similares a la gripe (diarrea, fiebre, rigidez o dolor muscular, etc.). También muchas personas no tienen síntomas cuando se le diagnostica el VIH. La infección aguda progresa durante semanas hasta meses para convertirse en una infección por VIH sin síntomas. Esta etapa puede durar 10 años o más, y durante este periodo la persona puede transmitir el virus a otras personas. Si no se recibe tratamiento, casi todas las personas infectadas contraerán SIDA. Hay un pequeño porcentaje de pacientes que nunca desarrollan SIDA y parece ser que tienen genes que impiden que el virus cause mayor daño a su sistema inmunitario. Las personas con SIDA han tenido su sistema inmunitario dañado por el VIH y están en muy alto riesgo de contraer infecciones que son infrecuentes en personas con un sistema inmunitario saludable. Estas infecciones se llaman oportunistas. Pruebas y exámenes Las pruebas de Western blot (inmunotrasnferencia) y ELISA para VIH detectan anticuerpos contra este virus en la sangre. Un hemograma y una fórmula leucocitaria también pueden mostrar anomalías. Las personas con SIDA generalmente se hacen análisis de sangre periódicos para verificar su conteo de células CD4. Tratamiento En este momento, no existe cura para la infección de VIH, pero hay tratamientos disponibles para manejar los síntomas. El tratamiento también puede mejorar la calidad y la duración de la vida en aquellas personas que ya han desarrollado síntomas. La terapia antirretroviral inhibe la replicación del virus VIH en el organismo. Una combinación de medicamentos antirretrovirales, llamada terapia antirretroviral (TAR) o terapia antirretroviral de alta actividad (TAAA) es muy efectiva en la reducción de la cantidad de VIH en el torrente sanguíneo. Las personas que están recibiendo terapia antirretroviral y con niveles reducidos de VIH igualmente pueden transmitir el virus. El VIH puede volverse resistente a una combinación de terapia antirretroviral. Esto se da sobre todo en pacientes que no toman sus medicamentos en el horario debido cada día. Con pruebas, se puede verificar si una cepa de VIH es resistente a un determinado fármaco. Esto puede ayudar al médico a encontrar la mejor combinación de fármacos y a ajustarla cuando comience a fallar. Cuando el VIH se vuelve resistente a la terapia antirretroviral, se tienen que emplear otras combinaciones de medicamentos para tratar de inhibir la cepa del VIH resistente. El tratamiento con terapia antirretroviral tiene complicaciones, ya que cada medicamento tiene sus propios efectos secundarios (acumulación de grasa en la espalda y el abdomen, diarrea, malestar general, dolor de cabeza, náuseas y debilidad). Cuando se utilizan por mucho tiempo, estos medicamentos aumentan el riesgo de ataque cardíaco, quizá al incrementar los niveles de colesterol y glucosa (azúcar) en la sangre. Las personas que reciben la terapia necesitan el seguimiento de un médico para detectar los posibles efectos secundarios. Los exámenes de sangre se realizan cada 3 meses. Se pueden recetar medicamentos para tratar problemas y enfermedades oportunistas relacionadas con el SIDA. Pronóstico En este momento, no existe cura para el SIDA y casi siempre es mortal sin tratamiento. Pero la mayoría de los pacientes sobrevive muchos años después del diagnóstico, debido al tratamiento con la terapia antirretroviral. Cuando una persona se infecta con el VIH, el virus comienza a destruir lentamente su sistema inmunitario, pero la velocidad con que esto ocurre depende de cada persona. Una vez que el sistema inmunitario está seriamente dañado, esa persona tiene SIDA y puede contraer infecciones y cánceres que la mayoría de las personas sanas no tendrían.