INFECCIONES EN EL EMBARAZO Y EN EL RECIÉN NACIDO

Es importante decir que de todas las enfermedades infecciosas que existen, muy pocas, son las que pueden afectar a la embarazada y al recién nacido. Nosotros vamos a destacar la rubeola, la varicela, toxoplasmosis, hepatitis B, herpes genital y el VIH. Hay que decir, que hoy en día, planificar la gestación, permite prevenir estas enfermedades, que pueden afectar a la salud del feto recién nacido, gracias a las analíticas y vacunas que tenemos. RUBEOLA.- Está causada por un virus. Si se adquiere la infección durante los primeros meses de embarazo, se transmite al feto y puede causarle al recién nacido problemas de vista, corazón y oído. Las mujeres que no hayan sido vacunadas o no hayan tenido la enfermedad deben vacunarse antes de quedar embarazada. Para ello se aplica la vacuna triple viral. VARICELA.- Es otra enfermedad que si se adquiere en los 3 primeros meses de embarazo, puede afectar al feto y al recién nacido (aunque en un porcentaje muy bajo). Si una mujer no recuerda haber tenido la varicela, debe de vacunarse antes de quedarse embarazada. TOXOPLASMOSIS.- Es una infección producida por un parásito que se adquiere al comer carnes no muy hechas, estar en contacto con heces de gato o verduras contaminadas. A través de una analítica de sangre sabremos si la hemos padecido o no la enfermedad. Así, si el resultado es negativo y se adquiere la enfermedad durante el embarazo, el recién nacido puede tener problemas graves en el sistema nervio central o en la vista. HEPATITIS B.- Es importante realizar una analítica de sangre para saber la situación de la embarazada con relación al virus, ya que puede afectar al recién nacido y provocarle hepatitis crónicas. Aunque esta situación puede evitarse si vacunamos al recién nacido dentro de las 12 primeras horas de vida. HERPES GENITAL.- Rara vez se transmite al recién nacido, pero, hay riesgo durante el parto, si la mujer tiene lesiones. En estos casos, se le administra un antiviral (Aciclovir) al final del embarazo para evitar que aparezcan lesiones que contagien al recién nacido. VIH.- Como ocurre con la hepatitis B, la mujer debería hacerse la analítica nada más saber que está embarazada. Y si resultara positiva, recibiría los tratamientos antirretrovirales que eviten la transmisión al recién nacido.