TANINOS

 Su poder astringente lo hace apto para la cicatrización de heridas, sobretodo administrados en forma de cataplasmas.
 Las plantas que tienen taninos y esencias (salvia, menta) son muy útiles como antisépticos y antiinflamatorios en casos de bronquitis, hemorroides, sabañones, etc.
La formación del tanino en el vegetal estaría ligada a la función clorofílica: fenómenos de fotosíntesis dependientes de la luz solar, la clorofila y el CO2. Se constata en efecto que las partes del vegetal expuestas al sol son las más ricas en taninos.  
Los taninos tienen una amplia gama de actividades farmacológicas:
     1.- Astringentes:debido al poder que poseen de formar complejos con macromoléculas, especialmente con proteínas. En uso interno le confieren acción antidiarréica y en uso tópico, impermeabilizan las capas más externas de la piel y mucosas, protegiendo a las capas subyacentes; también poseen un efecto vasoconstrictor sobre pequeños vasos superficiales. Al limitar las pérdidas de fluidos e impedir las agresiones externas, los taninos favorecen la regeneración de los tejidos en caso de heridas superficiales o quemaduras (cicatrizantes, hemostáticas, reepitelizantes).
Por general los taninos catéquicos actúan más que nada como astringentes (diarreas) y hemostáticos. Como antidiarreicos pueden general por administración oral irritación gástrica. De ahí que se suelan administrar combinados con albúmina o gelatina. 
   2.- Antisépticos: bactericidas, bacteriostáticos y antifúngicos.
  3.- Antioxidantes. Estudios realizados in vitro han puesto de manifiesto que son captadores de radicales libres. 
   4.- Protectores de la pared vascular. Disminuye la permeabilidad y fragilidad capilar, e inhibe la destrucción del colágeno (esto último ocurre a través de las fibras del colágeno de la reticulación de la capacidad, daño libre-radical de prevención, inhibiendo la hendidura enzimática del colágeno, y previniendo la síntesis y el lanzamiento de mediadores inflamatorios). Esto, junto con otros mecanismos, explican su uso en trastornos venosos y capilares, incluyendo las varices, fragilidad capilar, degeneración macular y de la retinopatía diabética.
Experimentalmente se ha observado que las pepitas de uva son angioprotectores; y preservan el colágeno y la elastina de su degradación. Diversos estudios en humanos tienden a demostrar cierta capacidad de estos proantocianidoles (150-300 mg/día) para atenuar las manifestaciones funcionales de la insuficiencia venosa, aumentar la sensibilidad visual después del deslumbramiento y atenuar la sintomatología subjetiva de la fatiga visual.
   5.- Hipocolesterolemiantes. Los estudios demuestran que también disminuyen los niveles de colesterol en sangre y puede limpiar los depósitos arteriales del esterol del colesterol.
   6.- Antinutrientes. (por precipitar o inhibir enzimas digestivas). También precipitan las sales de hierro.

   7.- Antídotos en caso de intoxicaciones por metales pesados y alcaloides.