Cada vez más personas reconocen tener una piel sensible. Según estudios, el 50% de las mujeres y el 30% de los varones afirman presentar este tipo de piel reactiva.
Piel sensible es la denominación de la piel que reacciona irritándose o congestionándose ante la más pequeña agresión, es decir es una piel predispuesta a reaccionar antes a estímulos externos e internos.
Las características de la piel seca son
· Piel fina, sensible, brillo mate y color rosado.
· Áspera, rugosa al tacto, los síntomas se agravan con la exposición a agentes externos ya que es frágil y delicada.
· Emulsión epicutánea deficiente, poros finos e imperceptibles.
· Aparición de arrugas prematuras y perdida de elasticidad ya que las glándulas sebáceas elaboran menos grasa.
· Rojeces y descamaciones
- Bronceado difícil con riesgo de quemaduras y propensa a manchas
Recomendaciones
▫ Evitar el uso excesivo de jabón, pues puede dejar la piel con una leve sensación tirante. Emplear tónicos sin alcohol y leches limpiadoras evitando así una limpieza agresiva.
▫ Evitar la sobre exposición al frío, al viento y al sol, estos pueden ocasionar un enrojecimiento de la piel.
▫ No es aconsejable cambiar de marca de producto con frecuencia, ya que descubre nuevos irritantes.
▫ Ante cualquier situación extraña que pueda tener lugar en la piel, es mejor suspender el uso del producto y consultar a un profesional.
Aplicar una crema protectora a diario. En invierno ésta tiene que ser más grasa para reforzar el manto protector y además que posean efecto calmante.
El tilo y el árnica ayudan a la piel a sentirse de forma instantánea confortable y protegida.
● Ruscus aculeatus: En su composición se encuentran un aceite esencial, resina, sales de potasio y dos saponósidos: ruscogenina y neoruscogenina, los cuales le confieren propiedades vaso tónicas, vasoconstrictoras y antiedematosas, por lo que es de gran ayuda en el tratamiento de la piel enrojecida y delicada.
● Manzanilla: Su principal componente es el alfabisabolol. A esa sustancia debe su capacidad de calmar las irritaciones y rojeces de la piel, en especial de las más sensibles, que se ven afectadas por las agresiones ambientales y se irritan con facilidad. Además, la manzanilla tiene la facultad de rehidratar la epidermis, estimular el proceso de renovación celular y mejorar la elasticidad. También se ha detectado una efectiva acción en el cuidado de las pieles impuras, a las cuales ayuda a desintoxicar y liberar los poros. Otros efectos: calmante, antiinflamatorio, antiséptico, antialérgico y cicatrizante.
● Caléndula officinalis: Por su acción suavizante, calmante y descongestiva, se utiliza en pieles sensibles y como tratamiento general de las dermatitis (irritaciones, escoceduras de la piel…) aliviando rápida y eficazmente. Indicada también por su actividad cicatrizante y calmante frente a las agresiones del sol.
● Aceite de aguacate: aceite insaponificable han demostrado actuar beneficiosamente sobre el colágeno aumentando la elasticidad de la piel, muy nutritivo, especialmente indicadas para cutis secos, que también los protegen de los agentes climáticos. El aceite de aguacate es rico en vitamina E y antioxidantes. Además, actúa como un agente emoliente y regenerativo que penetra profundamente y reestructura la piel, protegiéndola de la resequedad y de los diversos elementos del medio ambiente que normalmente la maltratan y envejecen. Por otro lado, estimula la producción natural de colágeno de la piel.
● Coco: En los últimos tiempos muchas investigaciones médicas calificaron el enorme poder del aceite de coco y de todo este fruto en general. Sus propiedades son tantas que la industria cosmética lo utiliza como antiséptico que previene infecciones Además sus grasas demostraron tensión en el equilibrio del PH de la piel.
El coco contiene ácido laurico, uno de los componentes de la leche materna que según se comprobó en estudios científicos le da a la piel tonicidad protección suavidad y juventud gracias a su acción reestructurante.
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Manteca de Karite: Son sus propiedades particulares sobre la piel los que lo hacen de él un producto clave. La manteca de Karité ha substituido otras grasas utilizadas en ciertas preparaciones cosméticas. En estado puro y sin mezclar con otros productos presenta un aspecto sólido (entre mantequilla y cera) y un tacto untuoso, al aplicarla sobre la piel la recubre de un film invisible que la protege y evita su deshidratación.
Está principalmente indicada para pieles secas y sensibles así como en irritaciones y quemaduras solares. Sus propiedades hidratantes nutritivas y antioxidantes hacen de ella un producto ideal para prevenir el envejecimiento cutáneo.
Lo que le da estas cualidades es su composición, y básicamente la materia grasa insaponificable que contiene, o sea aquella que es resistente a todas las transformaciones. Esta sustancia es rica en fitoesteroles, precursores de vitaminas y hormonas, que aceleran el crecimiento de los tejidos favoreciendo el recambio de la epidermis. Otros componentes son los ácidos grasos esenciales, que participan en la formación de las paredes celulares, lo que le garantiza sus propiedades reparadoras.