La epidermis

            La epidermis es un epitelio estratificado, escamoso y queratinizado. Se suele describir como formado por cinco estratos o capas:
Estrato Germinativo o Capa basal.
Estrato espinoso
Estrato Granuloso
Estrato Lúcido
Estrato Córneo        
            El Estrato Germinativo es el más profundo, asienta sobre la dermis y está formado por una capa de células epiteliales de forma más o menos cilíndrica. Origina constantemente nuevas células que son desplazadas hacia la superficie cutánea.
            El borde más profundo del Estrato Germinativo emite finas prolongaciones hacia le dermis para fijarse en ella. También recibe fibras elásticas y de colágeno de la dermis, de tal modo que la unión entre la dermis y la epidermis es muy compleja y estrecha.
            Entremezcladas con las células del estrato germinativo aparecen otras llamadas Melanocitos y cuya función es la síntesis de Melanina.
            El Estrato Espinoso está formado por dos a seis capas de células cuboidales que se van aplanando a medida que se van acercando a la superficie.
            Las células aparecen como si estuvieran unidas por puentes intercelulares que, unidos a la retracción celular inducida por la fijación dan a estas células un aspecto espinoso.
            Estos puentes intercelulares son pequeñas zonas de contacto intercelulares llamadas desmosomas y que responden a los puntos de fijación a la membrana celular de haces de fibras intracitoplásmicas llamadas tonofibrillas.
            El Estrato Granuloso tiene un espesor de una a tres capas de células que se encuentran encima del estrato espinoso. Sus células tienen una forma más o menos rómbica, con su eje mayor paralelo al perfil del surco o cresta cutáneo situado más arriba. Sus células profundas se parecen a las del estrato espinoso, pero presentan como característica diferencial la existencia en su protoplasma de gránulos de queratohialina. Los gránulos de queratohialina son un precipitado citoplasmático amorfo que se precipita junto a las tonofibrillas.
            A nivel del Estrato Granuloso es donde mueren las células de la epidermis que han ido emigrando hacia el exterior desde la Capa Germinativa. Las células más superficiales del estrato granuloso están muy modificadas, sus núcleos desaparecen y están llenas de gránulos de queratohialina. La capa granulosa está más desarrollada en la región palmoplantar en donde se produce una gran concentración de queratina.
            El Estrato Lúcido está situado encima y adyacente al Estrato Granuloso, recibe el nombre de Lúcido porque no es fácil de ser observado. Este Estrato Lúcido existe solamente en las zonas de piel gruesa, no encontrándose en la piel delgada.
            El Estrato Lúcido está formado por una sola capa de células anucleadas, hialinas, que contienen gotas de una sustancia oleosa llamada Eleidina. Se cree que la Eleidina procede de la ruptura de los lisosomas celulares.
            La más superficial y última capa de la piel, el Estrato Córneo, consiste en un número variable de capas de células muertas, aplanadas, sin núcleo y cornificadas. Contienen una gran cantidad de queratina y forman una fuerte membrana. En las áreas sometidas a continua presión, como las zonas palmoplantares, el Estrato Córneo es grueso, mientras que en el resto de la piel forma una trama menos densa y más flexible.
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