Papel del agua mineral en el organismo y características terapéuticas de las aguas minerales

Importancia del agua como alimento y como fármaco
El agua es imprescindible para la vida, siendo el componente inorgánico más abundante
de los seres vivos. En el hombre llega a constituir más del 60 % del peso corporal, y en
algunos animales, como por ejemplo la medusa, el 98 %. Sin el agua no es posible la
realización de los procesos metabólicos de las células.
 El agua interviene químicamente en estos procesos y fuera de las células, actúa como
medio de transporte en la circulación sanguínea. Constituye además uno de los
elementos que regulan la temperatura del cuerpo. La evaporación del agua juega el
papel más importante para disipar el calor corporal.
 El agua constituye el vehículo que relaciona entre sí, todos los tejidos y las diferentes
partes del organismo.
  El agua transporta directamente o en suspensión las sustancias
que el organismo asimila y acumula, y sus propiedades físicas y químicas son
responsables de su acción bioquímica como fármaco y como alimento.
 

Papel de la balneoterapia en la Medicina

La Terapia es la parte de la medicina que se ocupa del tratamiento de las enfermedades,

ya sea por procedimientos farmacológicos o quirúrgicos. Si se utilizan agentes físicos

se ocupa la Terapéutica Física, si se utilizan agentes químicos y drogas, la

Farmacología, etc.

Los agentes terapéuticos son de diversa naturaleza, origen, forma de preparación, etc. Se

consideran medicamentos químicos aquellos en cuya composición intervienen una o

más sustancias químicas y algún excipiente. Desde esta óptica, las aguas

mineromedicinales pueden considerarse medicamentos químicos, ya que las mismas

constituyen soluciones de diferentes sales en agua, Estas soluciones de origen natural

según Sollmam (en Armijo y San Martín, 1994) están dotadas de peculiares propiedades

que le confieren actividad terapéutica y pueden justificar su acción medicamentosa, Por

lo tanto, desde este punto de vista se puede establecer que las aguas mineromedicinales

son agentes terapéuticos. Así la OMS admitió en 1969 como agua mineral natural toda

agua no contaminada bacteriológicamente que procedente de una fuente subterránea

natural o perforada, contiene una determinada mineralización y puede inducir efectos

favorables par la salud debiendo estar así reconocido por la autoridad pertinente del país

de origen.

 Se debe destacar que las aguas minerales constituyen entidades individuales, ya que la

composición química de cada yacimiento es, por lo general, diferente. Los productos

naturales que poseen son constantes y su variación durante el ciclo hidrológico no debe

exceder del 20 % de la composición media. Lo más importante en dichas aguas es su

acción terapéutica, la cual debe quedar demostrada mediante estudios farmacológicos

farmacocinéticos y clínicos debidamente controlados.

Desde este punto de vista, se concede un papel más determinante a los efectos

terapéuticos, que a la composición química y características físicas o físico-químicas, de

manera que el simple análisis de las aguas por diferentes procesos, no siempre permite

deducir acciones terapéuticas determinadas que permitan de manera fiable enjuiciar los

posibles efectos de una cura balneológica.

 Además, se debe destacar, que las acciones

terapéuticas de las aguas minerales sólo se producen en el propio balneario, al pie del

manantial, pues en ese lugar es donde el agua conserva sus propiedades.

Debido a que las aguas minerales, al brotar de la fuente poseen, por lo general, gases

disueltos y temperaturas elevadas, se producen recombinaciones iónicas, precipitación

con la consiguiente pérdida de mineralización, cambios de pH y de potencial redox, etc.,

lo cual pueda dar lugar a sensibles alteraciones y pérdida de sus propiedades

terapéuticas.

 En la actualidad, las investigaciones relacionadas con la acción terapéutica de las aguas

mineromedicinales, se realizan principalmente en los Centros Termales y van dirigidas a

relacionar la composición química y la acción de las aguas sobre el organismo o sobre

algún órgano determinado, así como al estudio de las propiedades farmacocinéticas de

estas aguas, con el fin de conocer la absorción y distribución y eliminación de las

mismas por el organismo.

En este tipo de estudio se evalúa el papel de las vías de

administración de las aguas y sus gases acompañantes (oral, respiratoria, tópica, etc.)

sobre la adsorción y distribución, las cuales son amplias por constituir el agua el

componente mayoritario del organismo. Si bien algunos componentes del agua poseen

una acción terapéutica selectiva, tal como el yodo sobre la tiroides, el arsénico sobre la

piel y el azufre sobre las arterias, otros componentes presentan una acción más genera.

La principal vía de eliminación es la renal, lo que justifica la utilización de las aguas

minerales como diurético.

Aunque algunos componentes de las aguas minerales pueden ejercer directamente sus

efectos farmacológicos específicos, varios o todos los componentes disueltos de las

mismas, pueden producir interacciones, así como efectos sinergéticos o antagónicos que

no pueden inferirse a partir de la simple composición química. Se puede dar el caso que

aguas de composición semejante puedan tener efectos terapéuticos diferentes y que

aguas con composición diferente puedan producir un efecto terapéutico similar.

Además de la acción específica de los elementos constitutivos de las aguas minerales, es

preciso tener en consideración los procedimientos y técnicas de aplicación; los factores

climáticos, así como aspectos de tipo paisajístico y de confort. En la actualidad se da

cada vez más peso a los factores de tipo estresante que incluye, además de las aguas, el

medio ambiente circundante, una dieta adecuada y condiciones que garanticen el

reposo, el sueño y alejamiento de las actividades cotidiana s. Con esta concepción se

construyen los modernos Centros SPA, que algunos consideran como lugares más

propicios para personas sanas que aspiran a una mayor calidad de vida, y los prefieren

en lugar de los antiguos balnearios, sanatorios o curocentros concebidos como centros

de rehabilitación para personas enfermas.